LA CLAVE

Silencios espeluznantes

Ni una voz crítica en el PP y en Ciudadanos por el pacto con Vox, tres partidos que no condenan el franquismo

El secretario de organización del PP, Teodoro García Egea, estrecha la mano del líder de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, este jueves, en el Parlamento.

El secretario de organización del PP, Teodoro García Egea, estrecha la mano del líder de Vox en Andalucía, Francisco Serrano, este jueves, en el Parlamento. / periodico

Albert Sáez

Albert Sáez

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Lo más inquietante no es el pacto del PP y Ciudadanos con la extrema derecha en Andalucía sino el silencio que lo envuelve. Silencio intelectual de los que se ejercitan cada día en sumar adjetivos a los líderes catalanes, por ejemplo. Silencio institucional de quienes advierten a diario del deterioro de la democracia en España. Silencio empresarial. Y un inmenso silencio político. Algo atenuado en la izquierda, con soflamas, pero sin propuestas, y espeluznante en las filas del PP y de Ciudadanos. Resulta increíble que gente como Manuel PimentelJosé Manuela García-Margallo, José María Lasalle, Josep Piqué o Ana Pastor avalen un acuerdo que rompe con la doctrina de Merkel en Alemania durante la última década. Como también es de suponer que ni a Luis Garicano ni a Toni Roldán les gusta que Ciudadanos se sume al acuerdo con Vox que les aleja definitivamente de Macron. En este caso, el pacto en Andalucía ha catapultado a los de Rivera a la categoría de partido convencional, les ha hecho perder la poca frescura que aún exhibían. Ya son como los demás, callan y otorgan, para mantener la silla. Exactamente igual que el bipartidismo que tanto han deleznado.

Igual de inquietante es el silencio de Europa, que nadie haya llamado al orden a Casado y a Rivera. Los aplausos que recibe Vox no dejan lugar a dudas sobre su pertenencia a la internacional que lidera Bannon. Y eso equivale a ser iliberal y antieuropeísta. Silencios que nos transportan día sí y otro también a la Europa de los años 30 del siglo pasado. El huevo de la serpiente anidó bajo el suelo europeo sin que los Pereira de turno -ese magnífico personaje dibujado por Tabucchi- alzaran su voz. De ese silencio surgió el fascismo europeo: en Alemania, en Italia, en Portugal y en España. Por mucho que se esfuercen en quitarle importancia al pacto, hay muchas cosas que unen a Vox con el PP y con Ciudadanos. Por ejemplo, su negativa a condenar el franquismo en cuantas votaciones parlamentarias se plantean. Casado trata a Vox como una simple sectorial del PP. Sería hora de aplicarle su misma medicina y reformar la ley de partidos para prohibir a los que no condenen el franquismo para que con nuestro dinero dejen de banalizar el fascismo.