Contrapunto

Los que ganan más tributan menos

El tamaño importa a la hora de pagar impuestos y los pequeños salen perjudicados

Oficinas de la Agencia Tributaria

Oficinas de la Agencia Tributaria / FERRAN SENDRA

Salvador Sabrià

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El que más tiene también es el que más puede esconder. Incluso al rendir cuentas ante el fisco. Lo suelen denunciar las patronales de pequeñas y medianas empresas, que siempre se quejan de que las grandes corporaciones disponen de muchos más mecanismos para eludir el pago de impuestos, de forma legal eso sí. También se quejaban de ello los sindicatos y partidos de izquierdas. Pero ahora lo ha constatado incluso la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT). En un ejercicio loable de transparencia ha ampliado la publicación de sus estadísticas de recaudación de tributos, desglosando lo que se paga por diferentes grupos de actividad económica y aportando en este sentido datos desconocidos por los ciudadanos hasta entonces.

La primera de estas estadísticas que ha publicado se refiere a la evolución del impuesto de sociedades, a partir de los datos del ejercicio cerrado del 2016. En pleno debate sobre si conviene o no crear un nuevo impuesto a la banca, como defiende Unidos Podemos, la realidad tributaria de las entidades financieras se convierte en un argumento a favor de esta propuesta. Según la estadística de la agencia fiscal, los grupos de las entidades financieras apenas tributaron en el impuesto de sociedades el equivalente al 2,8% de sus beneficios en el 2016. Los 40 grupos de entidades de crédito fueron precisamente los que registraron el menor porcentaje de tributación en relación al beneficio obtenido. Y, además, la muestra constata que, en general, las grandes empresas soportan tres veces menos de carga fiscal que las pequeñas.  

Aunque sobre el papel el tipo efectivo que soportan sobre su base imponible estas entidades es de cerca del 22%, en realidad acaban pagando mucho menos gracias a las deducciones fiscales de todo tipo que se pueden aplicar, sobre todo en el sector bancario, y relacionadas precisamente con los efectos del rescate bancario. Dicho de otro modo, el coste de la salvación de los bancos no solo tuvo un efecto económico en las arcas públicas en su momento, sino que persiste en el tiempo al permitir a las entidades bancarias reducir de forma drástica su tributación. 

La estadística de la AEAT refleja que, efectivamente, los grandes grupos empresariales tributan mucho menos que las pequeñas firmas, hasta tres veces menos. Hechas todas las sumas y restas, el tipo efectivo que acabaron pagando las empresas fue del 10,5%. Visto así, el objetivo del pacto presupuestario entre el Gobierno y Unidos-Podemos de exigir una tributación mínima del 15% en este impuesto «para que la tributación efectiva no se vea afectada de forma excesiva por el uso de deducciones», especialmente en las grandes empresas, aparece mucho más justo y necesario, además de desmontar mitos sobre la presión fiscal.