ANÁLISIS

Entrenadores del futuro

En la crónica de un partido aparecen una serie de jugadores que tiempo más tarde, como en un culebrón televisivo, el destino reunirá inesperadamente

Valverde, en el último Barça-Real Madrid en el Camp Nou.

Valverde, en el último Barça-Real Madrid en el Camp Nou. / periodico

Jordi Puntí

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Esta semana tuve la suerte de conocer a Jofre Mateu, ahora futbolista retirado, perla en su día de La Masia, que creció en el Barça, pasó por el primer equipo y luego jugó en una serie de clubs de Primera División, del Levante al Espanyol o el Girona. Jofre me contó la gran experiencia que fue terminar su carrera en la Superliga de la India, donde jugó tres años, frente a estrellas como Pires, Forlán o Trezeguet, y entrenando ni más ni menos que por el gran Zico. Metido ahora en labores de comentarista, Jofre Mateu también me habló de su estreno con el primer equipo...

Le hizo debutar Van Gaal en un partido de la Copa Catalunya, frente al Lleida, en marzo de 1998. Esa noche también debutaron Puyol y Xavi, Van Gaal cedió la dirección del partido a su joven ayudante, José Mourinho. Jofre tuvo el debut soñado: el Barça ganó 1-2 y él marcó precisamente los dos goles --el primero, de vaselina, precioso--. El gol del Lleida, por cierto, fue obra de un ya veterano Tito Vilanova... A veces, gracias a su efecto cíclico, el fútbol crea coincidencias que con el paso de los años parecen premoniciones. En la crónica de un partido aparecen una serie de jugadores que tiempo más tarde, como en un culebrón televisivo, el destino reunirá inesperadamente.

Pensaba en todo ello este sábado, cuando vi a Iniesta en el palco del Camp Nou, en el partido contra el Celta. Los aficionados le vieron en el videomarcador y corearon su nombre con alegría. No lleva ni seis meses fuera, pero ante el juego medio aburrido que practicaba el Barça, parecía mucho más. Ese mismo día, supimos por una entrevista que Iniesta “se ve” como entrenador del equipo en un futuro. Como él, en los últimos meses Xavi también se ha postulado para llegar un día al banquillo blaugrana, y desde Manchester Guardiola ha avisado que Sergio Busquets podría ser un gran entrenador.

No debe ser muy gratificante para Valverde ver cómo a tu alrededor se van postulando sucesores, aunque sea a largo plazo, pero quizá debería servirle también para reflexionar sobre el presente

Las sucesiones en el fútbol

Ahora mismo, con los tres todavía en activo, ese rol parece casi de ciencia-ficción, pero los linajes del futbol facilitan este tipo de sucesiones. Por ejemplo: la noche en que Messi debutó con el primer equipo, en noviembre del 2003, su capitán era Luis Enrique. Asimismo, un día sería bonito ver a Xavi dirigiendo a Arthur, o Iniesta eligiendo a Riqui Puig...

Ya digo que este ruido de fondo es inherente al propio club y sus perspectivas de futuro, pero de alguna forma también tiene que ver con la trayectoria actual de Ernesto Valverde. No debe de ser muy gratificante ver cómo a tu alrededor se van postulando sucesores, aunque sea a largo plazo, pero quizá debería servirle también para reflexionar sobre el presente. Sobre todo ahora, cuando el equipo va primero, no tiene urgencias y parece más asentado defensivamente.

En esta Liga de baja intensidad, sin la tensión que aportaba Cristiano Ronaldo, las derrotas no se pagan muy caras y el Barça va sacando adelante un liderazgo más práctico que brillante. Es obvio que queremos ganar títulos, pero me temo que solo a Valverde le corresponde decidir si el juego que él proponga será una transición neutra hasta que llegue otro entrenador, o un paso adelante en la evolución de una idea estética que empezó hace más de 30 años.