Peccata minuta

Cumbre borrascosa

Ni lo dude, señor Torra: si le queda algo de cordura, recuerde Andalucía y abrácese al bloque de la moción de censura

Los manifestantes a la altura de Via Laietana.

Los manifestantes a la altura de Via Laietana. / periodico

Joan Ollé

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Francisco Franco, alias dictador, sentía gusto por el cine. No solo escribió -o dictó- el guion de 'Raza' y participó como galán en 'La malcasada' y 'Franco, ese hombre', sino que en su privada sala de cine -¿la lucecita de El Pardo?-  visionó junto a sus más allegados más de 2.000 películas, mayormente americanas. En algunos casos, cuando  el filme era 'made in Spain', invitaba al director a compartir la sesión. Contaba el crítico Ángel Zúñiga que, en una ocasión, Franco propuso a Sáenz de Heredia rodar una versión cinematográfica de la zarzuela 'Marina' con el siguiente argumento de base: “Gustará mucho a los catalanes”. Al ser cortésmente preguntado por qué satisfaría especialmente a los civiles de la Cuarta Región Militar, el Caudillo respondió: ¡"Hombre, por aquello de costas las de Levante, playas las de Lloret...!".

No quiero sugerir ni en broma que la generosa idea de Pedro Sánchez de trasladar su Consejo de Ministros a la Llotja de la Ciutat Comtal y rebautizar el aeropuerto del Prat con un nombre clave de la hoy tan denostada Transición sea -como casi todo, según algunos- una reminiscencia franquista, pero sí un alto ejercicio de aparente inocencia que muchos han tomado como provocación del imperio colonial. Y todo este laborioso festival de palacios, aviones, hoteles, coches negros, cuerpos policiales coordinados... coincidiendo con el primer aniversario de las elecciones que ganó parlamentariamente el bloque independentista. Pero no, el  independentismo no se sintió orgulloso con su pírrica victoria d¿Hondt en las urnas de verdad y ha preferido seguir enjaulándose en su esloveno 90,2 % del ficticio 1-O.

¿Ha querido Sánchez que su solemne anuncio de la subida del salario mínimo a 900 euros tuviese lugar precisamente en Catalunya, como quien dice “si vuestros líderes no me apoyan os están jodiendo”? No, ya no cuela este argumento, porque Catalunya, por roce, se ha ido contagiando de las tan preciadas virtudes del honor español: Numancia, Fuenteovejuna, honra sin barcos... hasta llegar a un todo por la Patria que linda con el narcisismo masoquista. Veamos: si la enemiga es la pérfida España, ¿por qué joder republicanamente a toda Catalunya cortando madrugadoras carreteras y colapsando la capital? ¿Por qué destrozar con la cara tapada lo de todos e incitar a nuestra policía a hostiarles masoquistamente para luego tildarla de 'botiflera' con la bendición de quien, en nombre de la 'no violencia', reclama disturbios mientras se sienta a dialogar con unas primero amarillas y luego rojigualdas ponsetias de fondo?

Si en algo coincidieron los presidentes en su 'cumbre' borrascosa fue en erradicar los restos del franquismo. Ni lo dude, señor Torra: si le queda algo de cordura, recuerde Andalucía y abrácese al bloque de la moción de censura.