El debate político

Vox bajo la alfombra

La política española ha sustituido la amenaza real de la ultraderecha por las interpretaciones sesgadas alrededor de Catalunya

zentauroepp46125881 in this sunday  dec  2  2018 photo  spain s far right vox pa181203202840

zentauroepp46125881 in this sunday dec 2 2018 photo spain s far right vox pa181203202840 / GOGO LOBATO

Jordi Puntí

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un par de semanas ha tardado la política española en ocultar el problema de Vox bajo la alfombra. Incapaz de hacer dos cosas a la vez, ha sustituido la amenaza real de la ultraderecha -algo que hay que tomarse en serio- por los aspavientos y las interpretaciones sesgadas alrededor de la situación política en Catalunya. Se puede esperar algo así de PP y Ciudadanos, pues al fin y al cabo acabarán pactando con Vox sin problemas -como una comida de primos hermanos, distanciados solo porque hace años que no se ven-, pero no debería ocurrir lo mismo con el PSOE.

Para que comprendan mejor la realidad de la España que viene, alguien debería enviar a los socialistas el vídeo de la conferencia que el historiador Timothy Snyder dio hace unas semanas en el CCCB de Barcelona, hablando de su ensayo 'El camino hacia la no libertad' (Galaxia Gutenberg). Entre varias ideas provocadoras, Snyder cuestionó el mito de las naciones estado. En realidad, dijo, nunca hubo naciones estado en esta Europa que se quiere sabia y antigua; se trata de un artificio para superar las guerras coloniales de los países imperialistas: hoy el mercado europeo es un sustituto de esos mercados coloniales. La España posfranquista es un buen ejemplo de ello, y los intentos de enlazar el presente con un pasado mítico -como pretenden Vox o el PP- son solo una estrategia para no afrontar un futuro en crisis (cambio climático, desigualdad social). Un enfoque, por cierto, que Rusia aprovecha para promover la inestabilidad.

Entretanto los socialistas piden un gesto posibilista de Oriol Junqueras -sin mover ficha en la cuestión de los presos políticos- y, en lugar de atender al problema de alcance europeo que significa Vox, buscan el rédito inmediato de presionar con otro 155, o trayendo más policía a Barcelona. Es una decisión tan ingenua como inútil, porque a la hora de la verdad, cuando lleguen las elecciones, el votante conservador y cerrado dará la espalda a Europa y acabará eligiendo la opción más populista y autoritaria, el original por encima de la copia o la fotocopia.