Conflicto laboral en la policía catalana

Los Mossos, al margen del debate político

La plantilla del cuerpo se encuentra en situación límite con 1.800 agentes menos de los 18.300 previstos en el 2006

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mosso / periodico

Àngels Bosch

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Algunos han relacionado, de forma intencionada, el conflicto laboral abierto en el cuerpo de los Mossos d’Esquadra desde una vertiente política. Nada más lejos de la realidad. Para entender la situación hay que ir al momento en que se tomó la decisión política de avanzar el proceso de sustitución y finalizar el despliegue territorial sin haber completado la totalidad de la plantilla prevista. A consecuencia de este hecho, las condiciones laborales de los 'mossos' se han ido degradando hasta ser uno de los cuerpos policiales con mayor flexibilidad horaria y peores condiciones laborales, a pesar de que algunos nos hayan tomado como referente de forma interesada.

Actualmente la plantilla de cuerpo se encuentra en situación límite, con 1.800 agentes por debajo de los 18.300 previstos por la Junta de Seguretat en el 2006 para poder ejercer sus funciones en todo el territorio. Además, desde el 2012 ha habido una reducción constante de efectivos a causa de los agentes que abandonan el cuerpo para obtener unas mejores condiciones laborales en la empresa privada o en otros cuerpos policiales. Casi 700 agentes han dejado el cuerpo desde el 2012. Agentes formados y con experiencia que han pasado a servir en cuerpos de policía local, principalmente.

Mayor carga de trabajo

En ese 2012 la plantilla contaba con 17.160 agentes y en marzo de este año con 16.495. Es fácil entender que, para poder garantizar mínimamente el servicio público de seguridad, este déficit de 1.800 efectivos se ha tenido que sustituir con el aumento de las horas de trabajo, la flexibilización de las jornadas y una mayor carga de trabajo para cada uno de los miembros del cuerpo, especialmente para los uniformados, los que están en primera línea. Hay que decir alto y claro que el despliegue de los Mossos d’Esquadra se ha llevado a cabo gracias al sobresfuerzo personal de los agentes y, debido a la falta de conciliación, de sus familias.

Se puede hablar de colapso, anunciado por las organizaciones sindicales desde hace años. Pero otro error del Departament de Interior ha sido considerar a los sindicatos como un contrapoder, en lugar de un aliado para la correcta gestión de los recursos humanos.

Los agentes se han sentido
menospreciados por responsables políticos y cuestionados por la opinión pública

Ahora, aprobada la jubilación anticipada de los policías locales, habrá más oferta de plazas en estos cuerpos y más agentes, ya formados, abandonarán el cuerpo. La promoción de 500 agentes que actualmente hay en el Institut de Seguretat Pública de Catalunya no solo no solucionará el déficit de efectivos, sino que ni siquiera paliará la salida de agentes a los cuerpos de policía local, buscando unas mejores condiciones laborales.

Ningún otro colectivo de la Generalitat fue movilizado para trabajar durante más de 16 horas diarias durante más de una semana tras los atentados de Barcelona y Cambrils. Los 'mossos' tenemos un gran compromiso con los ciudadanos. Ponemos en riesgo nuestra vida para proteger la de los demás y es necesario que la sociedad entienda que este compromiso debe ser recíproco, bidireccional. El cuerpo merece un reconocimiento que no puede estar basado únicamente en palabras, sino que tienen que ir implícito en unas condiciones laborales dignas y, por tanto, mejorar significativamente las actuales.

Entre otras cuestiones, pedimos el cumplimiento de un acuerdo firmado en el 2008 para eliminar la desigualdad con otros colectivos especiales de la Generalitat. Este acuerdo, firmado con el Departament de Interior, debía garantizar una equiparación que nunca se ha producido. Es la legítima reclamación de una deuda histórica para comenzar a dignificar las condiciones laborales de los agentes.

Otros trabajadores públicos han llegado ya a acuerdos con el Govern después de haber ejercido su derecho a la huelga –que los policías no podemos ejercer- o de movilizaciones como la del pasado 28 de noviembre en las puertas del Parlament, donde mis compañeros fueron vejados al ser escupidos, insultados y golpeados, viéndose obligados a retroceder para evitar un mal mayor, con el intolerable silencio de los responsables políticos.

Absoluta neutralidad política e imparcialidad

Los agentes se han sentido menospreciados por esos responsables políticos y cuestionados por la opinión pública, obviándose el gran trabajo que día tras día hacen en la calle, sirviendo y protegiendo a los ciudadanos, cumpliendo las funciones que tenemos encomendadas con absoluta neutralidad política e imparcialidad y sin ningún tipo de discriminación, tal y como nos obligan el código ético del 2015, y la ley de polícia de Catalunya.

Los 'mossos' somos la policía de Catalunya y como policía integral pedimos que nos dejen hacer nuestro trabajo y se nos deje al margen del debate político, con el que se pone en duda nuestra profesionalidad.