Crecimiento insostenible

Feliz año menguante

No puedo desearles un próspero 2019, sino un año sin falso progreso, lleno de decrecimiento y reequilibrio del PIB, donde solo crezca el amor

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Juli Capella

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El mundo se va al garete. En el sentido literal y en el lírico. Para cada uno de los seres que hemos venido a vivirlo y para la humanidad en sí. Ya sabemos que no hay solución racional; siglos de ilustración no han conseguido revertir el desastre al que estamos abocados. Las promesas del capitalismo y de la socialdemocracia de ir hacia delante han sido falsas. “El liberalismo tradujo este progreso moral en términos de dinamismo en el crecimiento económico y en la promoción social de los individuos”. Es decir, hacer pasta y acumularla toda para uno mismo. Lo resume la filósofa Marina GarcésMarina Garcés en el opúsculo 'Nueva ilustración radical' (Anagrama). “El progreso se convertía, así, en prosperidad. Hoy la prosperidad, ya insostenible, es nuestra amenaza”. Por eso ahora resulta impúdico desear un próspero año nuevo, pues supone acelerar un canceroso crecimiento.

Ante el pesimismo apocalíptico o el solucionismo mesiánico de los políticos, surgen sin embargo brotes de esperanza. Hay jóvenes pensantes que empiezan a desconfiar de la cantinela del progreso. Ya no quieren ser triunfadores, ni acumular riquezas, ni ser los primeros del 'ranking'. Han visto sufrir a sus padres para nada. Les apetece otra relación con el mundo, no de competencia sino de colaboración. Les une una consciencia subterránea ante un desesperante presente. La filósofa Garcés imagina lo que denomina una nueva ilustración radical como una alianza de saberes, una comunidad interconectada de “tejedoras insumisas, incrédulas y confiadas a la vez”, que van afinando las herramientas de transformación guiadas por el corazón, sin olvidar la cabeza. Han perdido el futuro, pero no van a seguir perdiendo el tiempo.

Por tanto, queridos lectores, felices fiestas de Navidad, pero no puedo desearles un próspero año 2019, sino un año nuevo menguante, sin falso progreso, lleno de decrecimiento y reequilibrio del PIB, sin logros materiales ni fastos ególatras, donde solo crezca el amor. Sí, muy cursi, pero ojalá vayamos hacia allí.