Los herederos de Reagrupament

El legado ideológico del antiguo partido de Carretero impregna la acción política del 'president' Torra y explica las disonancias entre JxCat y ERC

Joan Carretero

Joan Carretero / periodico

Roger Palà

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Quim Torra se le conocen dos militancias más allá de su actual filiación a Junts per Catalunya: la primera, en el minúsculo sector soberanista de la Unió Democràtica de Josep Antoni Duran Lleida. La segunda, en Reagrupament, la escisión derechista de ERC impulsada por el 'exconseller' Joan Carretero en la fase final del tripartito. Hoy pocos recuerdan Reagrupament, pero la sombra de esta formación en el ideario del actual presidente explica las salidas de tono que tan a menudo protagoniza -la última, la apelación probablemente poco meditada a la vía eslovena- y , sobre todo, las cada vez más evidentes disonancias entre JxCat y ERC.

Reagrupament nació como corriente interna de ERC para unir los sectores contrarios a la alianza de izquierdas con el PSC e ICV. Muchos vieron la mano negra de David Madí, en aquellos tiempos factótum entre bambalinas de Artur Mas. La derecha catalana vivió el tripartito como una anomalía de la historia y puso a trabajar toda su maquinaria mediática e ideológica para alimentar las disonancias internas de ERC y engordar los partidarios de la ruptura. El objetivo era presentar el partido de Macià y Companys como una tropa de traidores a la patria. En gran parte lo consiguieron.

Aquel hervor de independentismo inflamado no triunfó electoralmente, pero sentó las bases de un nuevo ideario soberanista alejado de la tradición que hasta entonces había tenido el independentismo moderno, vinculado mayoritariamente con expresiones de izquierda desde la fundación del PSAN en 1968. La semilla de Reagrupament acabó impregnando todo el mundo soberanista. Muchas de las cosas que hemos visto en los últimos años de 'procés' llevan su marca: los frentes patrióticos, la mistificación de la unidad, el 'primero la independencia'...

Cs, favorecido

Hoy, los herederos ideológicos de Reagrupament -incluidos algunos periodistas y 'dircoms'- forman parte del núcleo duro de la presidencia de la Generalitat. Pero en el contexto actual de reacción conservadora en el Estado (y en Europa)... ¿Es el 'modelo Reagrupament' lo que más conviene al independentismo? Las proclamas épicas de Torra quizá galvanizan a los más convencidos, pero difícilmente sirven para ganar partidarios. Mientras los impulsores de este modelo lideren el independentismo, el soberanismo seguirá perdiendo terreno y quien recogerá los frutos -como ya ocurrió el 21-D- será Ciudadanos (o Vox).

Existe, sin embargo, otro camino: explorar desde la izquierda una alianza que rompa los bloques y vaya más allá del independentismo estricto, apostando por frentes amplios de progreso en clave antirepresiva y para frenar a la extrema derecha. Un camino que será largo y requerirá actitud, generosidad y determinación por parte de quien quiera transitarlo. Atreverse a hacerlo equivaldrá a ser tachado de traidor y 'botifler' por los propagandistas de la derecha catalana. Pero quizá sea la mejor vía -quién sabe si la única- si lo que se quiere es llegar a ejercer algún día el derecho a la autodeterminación.