Dos miradas

Vías

Entre la vía ibuprofeno y la vía quirúrgica, empujados al delirio, quizá aún podríamos encontrar en el conflicto de Catalunya la vía eclesial, de Pablo Iglesias, una voz sensata antes del caos

El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta Carmen Calvo, en el Congreso.

El jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta Carmen Calvo, en el Congreso. / periodico

Josep Maria Fonalleras

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Cuando la vicepresidenta Carmen Calvo anunció el próximo Consejo de Ministros en BarcelonaCarmen CalvoConsejo de Ministros en Barcelona, el tono era casi comparable a la convocatoria de una barbacoa entre amigos. Sin camaradería, pero con un punto de distensión. Mentaba el "marco de normalidad", explicaba que Pedro Sánchez y Quim Torra se encontrarían en contrapartida a la visita del 'president' a la Moncloa y repetía que Sánchez "se reunirá con lealtad y normalidad con el presidente de todos los catalanes". No hace mucho, de todo esto. Y todavía añadía: "Hay una vía abierta que no podemos minimizar: la normalidad con la que trabajamos día a día".

Ha pasado un mes y ahora aquel Consejo de Ministros empieza a parecerse a la resistencia de las tropas en Little Big Horn, esta vez en la Llotja de Marla Llotja de Mar, empeñadas en defender los postulados constitucionalistas con "las fuerzas que sean necesarias", y dispuestos, los otros, a dinamitar la llegada del Ejecutivo, visto como un insulto colonialdinamitar la llegada del Ejecutivo. En medio, una dolorosa y lacerante huelga de hambre, unos disturbios que no son una revuelta ni "el viento huracanado" que dice Pablo Casado, sino una protesta como tantas otras, y una electrizante combinación de hechos que anuncia la tormenta perfecta para el día 21.

Entre la vía ibuprofeno (calmar la inflamación) y la vía quirúrgica (el enloquecido recurso a la amputación), empujados al delirio, quizá todavía podríamos encontrar la vía eclesial, de Pablo Iglesias, una voz sensata antes del caos.