Dos miradas

Contraprogramación

En la familia independentista, entre unos y otros se robaron los titulares y la huelga de hambre pasó a un segundo plano informativo

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zentauroepp46177532 pla general dels membres del cdr en el tall a l ap7 a l altu181208110553 / ACN / MAR ROVIRA

Emma Riverola

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Es la lucha de las cadenas de televisión. Todo sea por la audiencia. Cambios repentinos en la programación, caídas fulminantes de espacios... Lo que quizá aún no habíamos vivido hasta ahora, y mira que hemos vivido cosas, es la contraprogramación entre una misma familia independentista.

Hay cuatro personas en huelga de hambre. Ante tan contundente decisión, lo más lógico sería que su acción deviniera el eje de campaña de los suyos. Pero llegó el puente de la Constitución (o la Purísima, que cada cual escoja su fiesta) y el afán por los protagonismos provocó el primer atracón del mes. Los CDR decidieron que la autopista era suya. Quim Torra se dejó llevar por la emoción de ser recibido por el presidente de Eslovenia y alentó la vía eslovena (se le olvidó explicar lo de la guerra, los muertos, los heridos y la limpieza étnica administrativa). Y se presentó el Consell de la República, el último artefacto de Puigdemont. Entre unos y otros se robaron los titulares y la huelga de hambre pasó a un segundo plano informativo. Lo más contradictorio es que todas las acciones, incluida el ayuno, han sido alentadas, más o menos directamente, por la órbita puigdemontista. El nuevo rostro de lo que un día se consideró ‘pal de paller’ del catalanismo, no tiene palo que lo sostenga. Devorado por sus gestos, cuarteado por sus intereses, cada superviviente busca su tablón. El problema es que, en su debilidad, todos se agarran a Catalunya.