ANÁLISIS

Otra sentencia de 'La manada' que nos condena

El fallo de 'La manada' perpetúa la justicia patriarcal: los hechos probados describen una violación en toda regla

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Ana I. Bernal-Triviño

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Estaba previsto que en estos días caería el fallo de 'la manada'. Incide en la misma calificación y pena, pero pone, de nuevo, varios temas sobre la mesa.

1. Seguimos preguntando a la justicia… ¿qué es una violación? Es urgente que se aclare. Queremos saber el grado de intimidación. Queremos saber el grado de violencia. Si es que tenemos que presentarnos medio desangradas o dejarnos matar, porque lo único que queda claro es que solo nos creen cuando estamos muertas. La ONU declaró ya  con la anterior sentencia que “subestimaba la gravedad de una violación”. Y ahora, se repite.

2. La clave: la interpretación. El feminismo no defiende el aumento de las penas, sino una aplicación justa y eso depende de la interpretación de los magistrados. No por capricho, sino porque se contempla en ordenamientos y convenios internacionales, el Supremo también se ha manifestado en esta línea y el convenio de Estambul nos respalda.

3. Algo de esperanza hay con el cambio del voto particular. Frente al anterior, deleznable y vomitivo, ahora dos votos concluyen que no hubo abuso, sino agresión. En la página 89 se dice que hubo un acto de  “intimidación y coacción creado por todos ellos, tendiendo una encerrona a la víctima, teniendo en cuenta la prácticamente nula posibilidad de esta de huir o escapar. En definitiva, conductas reveladoras de la existencia de intimidación suficiente para mantener que los hechos tuvieron lugar mediante intimidación ambiental para vencer la voluntad de la víctima”.

4. El fallo da veracidad al testimonio de la víctima, insiste que no es la única prueba de cargo sino también los vídeos y la valoración médica y psicológica. Y no. Por mucho que se diga, el tribunal dice que no hay “presión mediática” que afecte a los acusados. Era llamativo que esto se señalara por parte de Martínez, abogado que se ha recorrido todos los platós de televisión contribuyendo a la exposición mediática del caso.

Una nota, al margen. En TVE, este miércoles por la mañana vi hablar a la directora adjunta de EL PERIÓDICO, Olga Grau, de justicia patriarcal, no sin la respuesta de un amplio ataque por parte de la mesa. Aunque no guste, seguiremos hablando de justicia patriarcal porque así lo han manifestado asociaciones de juristas, así lo reconocen los informes vinculantes de la Cedaw, y el propio Supremo y el Consejo General del Poder Judicial han alertado sobre la falta de perspectiva de género. A estas alturas, fuera los comentarios de paternalismo y condescendencia. La justicia patriarcal existe. Y esta sentencia la perpetúa porque, una vez más, está el 'in dubio pro reo', aunque los hechos probados describen una violación en toda regla. Necesitamos una justicia del siglo XXI, no del pasado rancio y machista. Hablamos de nuestros derechos humanos, de nuestra libertad sexual. Ahora quedan los meses de espera ante el Supremo. Ahí nos lo jugamos todo. Porque víctima podemos serlo todas y de lo que salga de este fallo depende nuestro futuro en caso de que nos violen. Ninguna mujer está a salvo. Que no se nos olvide.