Al contrataque

'Pou for president'

El actor ejerció de maestro de ceremonias en el Premio de Periodismo EL PERIÓDICO y le dio por recuperar un fragmento del discurso de 'Sócrates' sobre la verdad, la libertad, la corrupción y la decencia... Y la emoción arrasó con el protocolo

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Carles Francino

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Sé que es un tópico y que mucha gente puede considerarlo una chorrada, pero… ¡qué importante es la cultura! ¿Cómo nos iría en la vida si todos  -empezando por nuestros representantes políticos- leyéramos más libros (no solo panfletos de nuestra cuerda ideológica), consumiéramos más música, visitáramos más exposiciones, acudiéramos al teatro con más frecuencia o multiplicásemos las escapadas al cine?

En estos últimos días me han ocurrido algunas cosas que responden a esa pregunta: creo que nos iría mucho mejor. Porque la cultura transmite sensibilidad, inocula empatía, agita la mente, reivindica los matices, potencia el respeto y difunde resiliencia. O sea, casi todo lo que hoy echamos en falta. Algunos médicos canadienses recetan –junto a las pastillas- visitas a museos; y no me extraña, porque el arte nos cambia la mirada y puede ser un fantástico reconstituyente.

Estos días he redescubierto –gracias a mi trabajo en la radio- el centro Botín, en Santander, un proyecto donde cohabitan la exuberancia artística (Cristina Iglesias, Joan Miró,  Juan Muñoz….) y el desarrollo de la inteligencia emocional. Contemplar el desfile de estudiantes de la ESO, en un programa denominado 'Reflejarte', para aprender que la crítica de los demás no es una agresión sino una posibilidad de mejora, pero que al final tienes que aceptarte –y respetarte- por ti mismo y no por lo que venga de fuera, es un regalo. Y encima descubrirlo en un edificio de Renzo Piano que parece flotar sobre la bahía de Santander como un milagro, supone una experiencia que solo puedo recomendar fervientemente.

Pero es que el día anterior me topé con un genio de los que quedan pocos; nuestro Vittorio Gasman, que no es otro que Josep Maria Pou. El septuagenario actor catalán (que en Madrid se presenta como José María Pou; ¿y qué pasa, qué problema hay?) ejercía de maestro de ceremonias en el acto de entrega del Premio de Periodismo EL PERIÓDICO; y cómo la premiada era la periodista brasileña Cristina Tardáguila, perseguidora inmisericorde de las 'fake news', a Pou le dio por recuperar un fragmento del discurso de 'Sócrates' –que paseó hace unos años por media España- sobre la verdad, la libertad, la corrupción y la decencia.

Fueron apenas unos minutos, estaban presentes el ministro de Cultura, el presidente del Atleti, dirigentes políticos de varios colores y gente por lo general muy emperifollada… pero la emoción arrasó con el protocolo. ¿Cómo es posible que hace un montón de siglos alguien fuera capaz de dibujar con tanta precisión nuestro mundo de hoy? Pues porque el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. O doscientas. Y así nos va. Contra la barbarie y el sectarismo, ¡viva la cultura! 'I visca Pou, collons!'

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