Las relaciones entre EEUU y Rusia

La amenaza nuclear vuelve a Europa

El abandono de tratados armamentísticos confirman que Trump es un peligro mundial

Ensayo de misiles por parte de Irán, en febrero del 2017.

Ensayo de misiles por parte de Irán, en febrero del 2017. / Amir Kholousi

Pere Ortega

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Que Donald Trump es un peligro para la paz mundial se constata desde que llegó a la Casa Blanca, pero a medida que transcurre su mandato las amenazas se acrecientan. Hacesemanas, EEUU anunció que abandonaría el Tratado INF (Intermidiate Nuclear Forces)Tratado INF (Intermidiate Nuclear Forces), firmado entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov en 1987. Tratado que alejó del suelo europeo la posibilidad de una guerra nuclear, pues hasta entonces, las dos potencias habían instalado misiles nucleares, de corto y medio alcance (de 500 a 5.500 km), los Pershing de EEUU y los SS-20 de URSS a ambos lados de la frontera que dividía Europa durante la Guerra Fría.

Anteriormente, en el 2002, ya se había producido el abandono de otro importante acuerdo, y también por parte de EEUU, el Tratado ABM (Anti-Ballistic Missile), que prohibía la instalación de antimisiles. Un tratado que había mantenido el equilibrio de paz o terror, según como se mire, pues el lanzamiento de un solo misil aseguraba la total “destrucción mutua” a través de una guerra nuclear.

La reaparición del enfrentamiento nuclear

Una ruptura del Tratado ABM, que propició que Vladimir Putin anunciara desplegar nuevos misiles para burlar ese “escudo” que EEUU había instalado en Polonia, Rumania y Rota (Cádiz), y que presagiaba la reaparición del enfrentamiento nuclear entre ambas potencias en suelo europeo. Amenaza que ahora se acrecienta ante el anuncio de ruptura del INF.

Rusia ya ha avisado de que en el caso que EEUU acabe con el INF se pone en peligro la ratificación del Tratado START III del 2010 de reducción de los arsenales nucleares firmado entre Barack Obama y Dimitri Medvédev y reabre la pesadilla de una escalada de armamento nuclear.

Pero con un agravante para Europa, la posibilidad de que sea el suelo europeo el escenario de una guerra nuclear, pues serán los países de la OTAN los destinados a acoger la instalación de misiles de alcance medio capaces de llegar a cualquier punto de Rusia. País, que a su vez, responderá con misiles que alcancen cualquier lugar de Europa y de EEUU.

Sin duda, no es una nueva Guerra Fría, pues el interés mutuo entre las dos superpotencias, debido a la interdependencia de las economías, impide que se inicie un bloqueo político y económico entre países. Pero en cambio, la carrera de armamentos entre ellos se acrecienta. Pues los EEUU de Trump y la Rusia de Putin basan su hegemonía en la fuerza militar, incluida la disuasión nuclear y parecen dispuestos a incrementarla.

Hay que reaccionar no permitiendo que se instale de nuevo en suelo europeo la amenaza de una guerra nuclear. Hay que volver a levantar la propuesta de pedir a los estados que jueguen un papel de neutralidad frente a EEUU y Rusia e impedir que ningún país europeo acoja euromisiles.

En el 2017, la Campaña para la Prohibición de las Armas Nucleares recibió el Nobel de la Paz por una simple razón: las armas nucleares son una amenaza para la supervivencia de la humanidad. Pues eso.