Algo pasa con Leti

El Polvorron, de Leticia Sabater.

El Polvorron, de Leticia Sabater. / periodico

Ramón de España

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Leticia Sabater va a por todas. Tras informarnos de que va a poner en marcha una colección de muñecas hinchables para que sus fans se desahoguen con sus dobles de plástico, lanza su nuevo hit, que hasta ahora solía colgar en Youtube en verano. La cosa atiende por 'El polvorrón' (sí, con dos erres, ¿qué pasa?) y es muy parecida a las que cuelga en temporada estival, aunque en esta ocasión se haya optado por la estética navideña, que es lo suyo en estas fechas.

Por regla general, los videoclips de Leticia son de una austeridad -cutrerío para algunos- muy notable: suelen reducirse a unos planos de la diva en bragas posando ante una pantalla en la que aparecen diversas imágenes, generalmente inconexas y como de archivo; así pues, 'El polvorrón' es prácticamente una superproducción: se ha hecho un esfuerzo en la vestimenta navideña -sin que Leticia deje de ir en bragas, por supuesto-, hay algunos detalles de post producción y hasta se ha contratado a figurantes, cinco en total: tres vestidos de Reyes Magos de Oriente y dos señores con chaqueta y corbata que lucen unas vistosas máscaras de camello (aunque cabe la posibilidad de que, gracias a esas máscaras, los dos señores con chaqueta y corbata también sean dos de los Reyes Magos).

La canción está en la línea de toda la obra anterior de la señorita Sabater: un ritmillo electro latino, una letra picarona trufada de segundas intenciones -polvorrón viene de polvo, ¿lo pillan?- y la voz de cazalla habitual. Y es que lo de Leticia es como lo de Miley Cyrus, pero a lo bestia: si Miley pasó de niña a mujer de la manera más desfachatada posible, la antigua amiga de los niños ha optado, a una edad ya algo avanzada, por convertirse en una especie de bestia sexual. Lo cual no quita para que uno, cada vez que se enfrenta a sus nuevas ideas brillantes, se preocupe por la salud mental de esta mujer: hay algo un pelín desquiciado en sus, digamos, canciones, así como en lo de las muñecas hinchables, la reconstrucción del virgo y no sé cuantas iniciativas más acometidas a lo largo de los últimos años, no se sabe muy bien por qué.

Confieso que Leticia Sabater me fascina. Pero es una fascinación similar a la que siento por Gloria Swanson en 'Sunset Boulevard' o Bette Davis en '¿Qué fue de Baby Jane?'. Y a veces pienso que la grabación del próximo videoclip se verá interrumpida por unos señores vestidos de blanco que la sacarán del plató en camisa de fuerza. Y en bragas, claro.