Agresión sexual en Santa Coloma de Gramenet

Racistas feministas: el oxímoron

Antes de que cualquier colectivo feminista saliera a manifestar su rechazo, ya había excitados agitadores virtuales dedicados a utilizar la noticia en favor de su causa xenófoba

ilustracion  de leonard  beard

ilustracion de leonard beard / periodico

Najat El Hachmi

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La agresión a una chica en Santa Coloma de Gramenet por parte de un grupo de hombres jóvenes y el apuñalamiento de su compañero merecen la más enérgica de las condenas. Y punto. Queda claro, ¿no? No habría que añadir nada más. Pero hay circunstancias que hacen que esta que escribe siga hablando del tema. Resulta que los agresores en cuestión son de Marruecos y algunos de ellos han sido menores no acompañados o aún lo son. ¿Este hecho es relevante a la hora de condenar de manera taxativa el acto que han llevado a cabo? No, de ninguna manera, la procedencia geográfica de los presuntos delincuentes no debería requerir aclaraciones adicionales, ni a favor ni en contra. Pero la realidad está lejos de parecerse a este planteamiento y las reacciones ante estos hechos son dignos de análisis.

Desprecio en favor de la igualdad de las mujeres

El primer problema que nos hemos encontrado cuando se hizo pública la noticia es que, mucho antes de que cualquier colectivo feminista saliera a manifestar su rechazo, ya había excitados agitadores virtuales dedicados a utilizar la noticia en favor de su causa xenófoba. Ya es curioso que quienes son el azote de las demandas de igualdad de las mujeres se erijan en feministas cuando se trata de los derechos de las mujeres oprimidas por el macho moro. Pero un momento, ¿existen realmente los racistas feministas? ¿Hay hombres de extrema derecha que nos quieren ayudar a salir del yugo que nos ha oprimido durante siglos? ¿Que se compadecen de nuestro sufrimiento, que reivindican para nosotros las ganancias de la mujer occidental? Las formaciones que no tienen otro eje programático que la expulsión sumaria de todos los musulmanes, ¿es que en realidad tienen como objetivo final la liberación de la mujer que ha crecido en el Islam?

Siento tener que decirlo pero no, hasta el día de hoy todavía no se ha descubierto el extraño espécimen del racista feminista aunque el xenófobo de profesión se desgañite digitalmente apuntando al machismo de los seguidores de Mahoma. Ya nos gustaría que fuera el feminismo su principal preocupación pero no hacen otra cosa que utilizar sus reivindicaciones para justificar su demagogia excluyente y estigmatizadora. Y la prueba es que lo que reprochan al moro, la discriminación de la mujer, la violencia a la que está sometida, es lo que defienden para ellos mismos. Coincide, no debe de ser casualidad, que la mayoría de racistas también desprecian y atacan los movimiento en favor de la igualdad de las mujeres. ¿Qué coherencia tiene ser machista para las propias y supuestamente feminista para las demás? Ninguna, porque ya digo, los racistas feministas no existen, son un oxímoron.

Ojalá que hubiera verdaderas políticas de inmigración

En el caso de la agresión en Santa Coloma, por ejemplo, la reavivada Plataforma per Catalunya (PxC) no salió a manifestarse, simplemente, en contra de los tocamientos y el apuñalamiento sino en contra de la presencia de marroquís en la sociedad catalana. García Albiol, que ya debe estar en precampaña, se sumó a la causa diciendo que la culpa de lo que había pasado era de las políticas de inmigración que consisten en dar todos los derechos sin exigir ninguna obligación. Ojalá que esto fuera así. Ojalá que hubiera verdaderas políticas de inmigración en este país y que la violencia sexual fuera solo imputable a los que proceden de una determinada área geográfica. Nos habríamos ahorrado 'La manada' de los Sanfermines, dado que los implicados eran todos nacionales. Qué más quisiéramos las mujeres que tener que luchar contra un machismo claramente delimitado por la geografía o la procedencia.

Puedo entender que esta situación haga titubear a algunas voces del feminismo o que haya quien caiga en la trampa de defender antes la nacionalidad y la cultura de los agresores que a la víctima. Veo aquí un error de cierta izquierda relativista que en su obsesión de ser puramente interseccional sobrepone el eje antirracista al eje feminista. No nos debe dar miedo ser absolutamente claras frente al machismo de los "otros" aunque estos "otros" sean discriminados por su origen. No es necesario salir a la calle ni levantar la voz diciendo no al machismo y la xenofobia ante unos hechos que solo se pueden imputar al primero. O estaremos, por un lado, haciendo el juego a la extrema derecha y, por otro, negando a este "otro" el acceso a la lucha feminista.

Es racista pretender que el origen exima de los deberes a la hora de respetar la igualdad entre hombres y mujeres. A "nuestros" hombres también se lo debemos dejar claro: las mujeres merecemos ser tratadas con dignidad por el simple hecho de ser personas y nada justifica que seamos violentadas, discriminadas o agredidas. Digámosles sin complejos que la educación patriarcal que han recibido ya no es válida y deben cambiar. Ni la cultura, ni la religión ni el hecho de pertenecer a un colectivo víctima de racismo no justifican ni un solo ápice de machismo.