El conflicto de la sanidad pública

Una huelga justa y necesaria

A pesar de la entrega de los profesionales hasta la extenuación, ha sido inevitable la afectación de la calidad asistencial

sanitat-publica

sanitat-publica / periodico

Francesca Zapater

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La huelga en el ámbito de la atención primaria de saludhuelga atención primaria de salud (médicas, enfermeras, administrativas, trabajadoras sociales, auxiliares y técnicos) anunciada para los días 26 a 30 de noviembre por diversos sindicatos expresa el profundo malestar del sector. Es una huelga previsible, pero ante todo es justa y necesaria.

A partir del 2011, la atención primaria de salud ha vivido los años más duros de su historia desde que se impulsó su reforma a mediados de los 80. Si bien nunca llegó a su pleno desarrollo, había garantizado una buena accesibilidad, una alta resolución de patología aguda y crónica y una buena satisfacción de la ciudadanía. Todo ello, con tan solo el 18% del presupuesto del Departament de Salut. La extensión por todo el territorio de los equipos de atención primaria es probablemente la medida sanitaria con más impacto en la salud de la población de las últimas décadas.

Afectación de la calidad asistencial

Pero el ahogo económico (alcanzó un mínimo del 13,5% del presupuesto global de salud) de los últimos años ha sido brutal, hecho que ha repercutido en los salarios de los trabajadores, en una reducción de plantillas o en un endurecimiento impensable de las condiciones laborales (como contratos por días). A pesar de la entrega de los profesionales hasta la extenuación, ha sido inevitable la afectación de la calidad asistencial en los aspectos clínicos y también en aspectos clave de la efectivitat como son la accesibilidad, la longitudinalidad y la globalidad de la atención.

Por ello es una huelga justa, porque reclama mejoras salariales y laborales de acuerdo con la categoría del trabajo realizado, así como la recuperación de las funciones y competencias que en los últimos años se han traspasado a otros dispositivos asistenciales. Se pide más presupuesto, más personal y mayor relevancia en el sistema para que este en su conjunto pueda dar las mejores respuestas a las necesidades de salud de la población.

Los estudios sobre sistemas sanitarios concluyen de manera inequívoca que su capacidad de incidir en la salud de la población y reducir la mortalidad está relacionada con la presencia y potencia de la atención primaria. La tendencia de nuestro sistema es precisamente la contraria lo que se recomienda: las inversiones en servicios especializados y hospitalarios son muy superiores a las de la atención primaria.

La sordera de los políticos responsables y de los gestores del sistema sanitario ha acompañado las acciones de desmantelamiento del primer nivel asistencial. No han escuchado las señales de alerta que los profesionales, entidades y población han enviado reiteradamente. Por esto es necesaria la huelga, para hacer llegar, aunque sea a gritos, las demandas del sector a los gestores, a los responsables del Departament de Salut, a los partidos políticos, y en última instancia, al Parlament.

La atención primaria es una cuestión clave de país, porque de ella depende la salud de la población. Esperemos que esta vez se escuche su voz y que se actue en consecuencia.