'VAR bitros'

Llevo tiempo preguntándomelo: ¿por qué los tenían escondidos? Hablo de los árbitros, esos señores a quienes veíamos hasta este año en los partidos o en los resúmenes, pero de quienes nunca habíamos escuchado siquiera su voz.

Desde que empezó la liga el VAR está siendo tema de conversación en cualquier foro futbolero que se precie. Después de 120 partidos de liga pocos pueden discutir que el “producto fútbol” ha mejorado. No hablo del juego, obviamente, sino de la sensación de justicia en torno a un evento deportivo que mueve millones, en dinero y en algo igualmente importante como son las emociones. Se nota hasta en las actitudes de los jugadores, que se saben vigilados en directo y en diferido. Ahora quedan menos rendijas para la trampa.

Es innegable que la aplicación del VAR aún tiene mucho camino por recorrer y cosas que mejorar, faltaría más. La tecnología es una herramienta que hay que rodar y solo su aplicación en el tiempo ayudará a aprovecharla de la mejor manera. Pero tres meses después de su estreno en el campeonato nacional de liga, cuando nos ponemos en modo Champions, ya echamos de menos la sala del VAR a la primera jugada polémica que se presenta. Y esa es la mejor señal. La sensación de que tenemos una liga más justa que antes puede con cualquier debate sobre los contras que puede tener el sistema.

Humanizar la figura

No es el VAR lo único que ha cambiado en el futbol español esta temporada. El nuevo presidente del CTA ha dado un giro radical en cuanto a la visibilidad de su colectivo. El miércoles se produjo un hito histórico con la rueda de prensa ofrecida por el propio Velasco Carballo acompañado de cinco árbitros, Clos Gómez, Gil Manzano, Mateu Lahoz, Undiano Mallenco y Del Cerro Grande. Nunca es tarde si la dicha es buena, se dice. Y la dicha es buena en este caso.

Porque bueno es mostrar a la persona que arbitra cada domingo, humanizar una figura que durante décadas estuvo en una cueva, como si alguien tuviera algo que esconder. Cada vez que he tenido ocasión de hablar con algún árbitro coincidiendo en algún viaje he pensado en la oportunidad que estaban perdiendo de mostrarse al aficionado como lo que son: deportistas muy preparados, entregados a una actividad que les pone en el foco de las pasiones de millones de personas cada jornada. Algunos, como Undiano, han tenido que formarse en la aplicación del VAR en la recta final de su carrera. Seres humanos que aciertan y se equivocan, como cualquiera, pero con un aplomo fuera de lo común.

Como el que demuestra el árbitro del último clásico, el primero con VAR, Sánchez Martínez, en el penalti de Varane  a Suárez. Un documento espectacular que nos transporta al terreno de juego en un momento de gran tensión que el colegiado maneja con maestría ayudado desde la sala VAR. ¡ Bienvenidos al mundo de la comunicación!