Al contrataque

El hombre más elegante de España

Amancio Ortega viste como un hombre humilde. Así ocurrió el fin de semana pasado en la boda de su hija. No hay mayor elegancia

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Milena Busquets

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No conozco personalmente a Amancio Ortega pero sé porque he visto algunas fotografías suyas (y porque el trabajo del escritor consiste también en juzgar a las personas por su apariencia, Proust dedica muchísimas páginas a la detallada descripción del atuendo de sus protagonistas en 'En busca del tiempo perdido') que viste como un hombre humilde. Así ocurrió el fin de semana pasado en la boda de su hija. No hay mayor elegancia. Camus vestía como un hombre humilde. Ingmar Bergman vestía como un hombre humilde. Philip Roth también. Y Woody Allen.

Algunos miembros de la clase política española creen que visten como hombres humildes pero en realidad visten como pobres, que es muy diferente. Un hombre humilde no lleva una camisa arrugada o fuera de sitio. Un hombre humilde no lleva chaleco (una prenda inútil que no sirve absolutamente para nada salvo para sugerir una cierta intelectualidad falsa). Un hombre humilde lleva el pelo corto y se lo corta en la peluquería del barrio como hacía mi abuelo. Un hombre humilde no muestra su creatividad o originalidad a través de la barba, las patillas, los tatuajes o peor, las gafas. La humildad no necesita complementos, como la inteligencia. Y como la inteligencia, no se puede impostar. Un hombre humilde se pone una corbata cuando hace falta, sin protestar demasiado y con una americana encima si es posible.

Para una mujer es más difícil ir vestida con sencillez y no ir mal vestida. Hay que ser bastante rica para ser mujer e ir vestida con humildad. El lujo verdadero es humilde y caro. La moda es un incordio a veces para las mujeres, nos obliga a subir a un pedestal y los pedestales resultan incómodos, hacen que perdamos el equilibrio, que los demás no nos puedan ver bien ni nosotras a ellos, hay que bajarse siempre de todos los pedestales.

Amancio Ortega no va vestido de nada, no va vestido de empresario, ni de tío rico, ni de tío guay, ni de proletario, ni de futbolista (después del de los hombres humildes, mi atuendo masculino favorito es el de los futbolistas por estar justo en el otro extremo, por ser el opuesto festivo y desacomplejado de la humildad y de la elegancia), ni de escritor.

Amancio Ortega es glamuroso (y sí, el glamur es importante, todo lo que tiende hacia la belleza y la civilización lo es) porque habla poco, como Kate Moss, porque apenas da entrevistas, porque no sabemos lo que piensa ni cómo vive. Me encantaría entrevistarle. Antes, en la prehistoria, opinaban las personas relevantes y callaban las demás, ahora en cierto modo ocurre lo contrario. Amancio Ortega no es solo el hombre más rico de España, también es el más elegante. Aunque vaya vestido de Zara.