Al contrataque

Un motor gripado

En la sede de Génova está pasando algo muy grave, no pueden dar un paso sin pisar un callo o una granada. El peor enemigo del PP es el PP

Pablo Casado, en un desayuno-coloquio en Madrid

Pablo Casado, en un desayuno-coloquio en Madrid / DAVID CASTRO

Cristina Pardo

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El Partido Popular no tiene remedio. O eso parece, a pesar de que se suponía que entrábamos en una nueva etapa con el liderazgo de Pablo Casado. Al final, ha resultado ser nuevo, sí, pero lo nuevo de lo viejo.

El último tropezón ha venido por la elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial. Casado tenía una magnífica oportunidad para ejemplificar ese nuevo tiempo del que tanto hablan él y su equipo, en el empeño por alejarse del pasado que tanto les avergüenza. Sin embargo, se unieron al PSOE para el ya tradicional, pero no por ello menos bochornoso, reparto de puestos entre magistrados supuestamente afinesreparto de puestos entre magistrados.

Mercadeo grotesco

Casado no se ha planteado, por ejemplo, apoyar aspectos de los Presupuestos Generales del Estado que podrían beneficiar a todos los ciudadanos. No, no. Que se desgaste Pedro Sánchez y convoque eleccionesPedro Sánchez. Lo único que ha sido capaz de pactar Casado, en un mercadeo a todas luces grotesco, es algo que les beneficia a ellos, a los partidos políticos. Estaban intentando controlar a la justicia, como confirman los mensajes enviados por Ignacio Cosidó a sus senadores. Es la misma justicia que, de manera cada vez más habitual, investiga casos de corrupción que les afectan. Cómo habrá sido la cosa, para que su candidato Manuel Marchena haya dado un sonoro portazo a la oferta de presidir el Poder Judicial.

Casado demuestra también viejos tics con aquellos miembros del PP salpicados por escándalos diversos. Al propio Cosidó, portavoz del PP en la Cámara alta, le pegaba este martes un tirón de orejas en público por jactarse vía móvil del control judicialjactarse vía móvil del control judicial, a la misma hora en que sus senadores le recibían con aplausos. Pero bueno, son los mismos que un día aplaudieron también a María Dolores de Cospedal o a Cristina Cifuentes... O sea, que va a terminar fuera.

Casado ha heredado unos cuantos escándalos del pasado, cuya gestión debe hacerse en el presente. Y nada, el nuevo líder del partido tiene tics muy marianos. Mucho. Apoyo, silencio y/o reproche y, al final, muerte. Y todo, perdiendo un tiempo precioso que no tiene. Ahí sigue Cosidó, víctima probablemente del fuego amigo, con su wasap y su presunta implicación en una operación fraudulenta de Interior para robarle documentos a Luis Bárcenasoperación fraudulenta de Interior Luis Bárcenas. Ya hace días que sabemos de ella. Y ahí estuvo Cospedal, desgastando durante semanas al PP por la deuda de gratitud que había contraído con ella Casado. Y vendrán más.

Ya hace tiempo que se habla de la necesaria refundación de esta formación política. Se creen que cambiando las caras de la cúpula, ya está todo hecho. Nada más lejos de la realidad. Está pasando algo muy fuerte: en Génova, no pueden dar un paso sin pisar un callo o una granada. El peor enemigo del PP es el PP.