Nueva derecha literaria

Bienvenido sea el movimiento y maldita la momificación. El grupo generacional que no cuestiona los cánones y los criterios de valoración y no los modifica va al fracaso. Lo cual es singularmente relevante en la literatura catalana, que en los últimos años sufre de esclerosis crítica. El debate es a la cultura como el agua al cauce del río.

Ha surgido una pequeña pero significativa coral glorificadora de Joan Sales, católico, editor y novelista por este orden. Ya son varios los que tratan de situar en el centro del canon su obra capital, Incerta glòria. Las razones deben ser más ideológicas que literarias. Todo quisqui sabe que el librazo no es digerible para el público. Sería vana pues toda pretensión de difundirlo en los institutos de secundaria. La versión audiovisual no ha causado ni causará mella.

Ha surgido una pequeña pero significativa coral glorificadora de Joan Sales, católico, editor y novelista por este orden

El propósito del coro debe consistir en la mitificación de la obra y aún más del autor. Sobre Incerta glòria hay que decir, sin quitarle ningún mérito, que la censura le hizo un favor, como todos convinimos cuando se publicó el tocho de la edición completa. Da igual, se trata de fabricar un icono, no de procurarle lectores.

El contraste entre Sales y Joan Triadú cuestiona el intento de encumbrar al personaje. Ambos eran católicos de derechas, pero Triadú leía con criterios estéticos, no morales, y alababa a Henry Miller. Que Sales leía con gafas reaccionarias queda claro si reporto que, al negarse a publicarlo, dijo a Terenci Moix que si de él dependiera "colgaría a todos los maricones en el centro de la plaza de Catalunya".

El intento de elevar a Sales a los altares desmomifica, claro, pero si sus defensores tomaran de nota de que Tony Kushner triunfa en el mundo, y ahora en el Lliure, con Àngels a Amèrica, obra maestra en defensa del supremacismo gay, cambiarían de caballo de batalla y entronizarían a Baltasar Porcel, el mejor y más bien leído novelista de su tiempo, y por si fuera poco anarquista de derechas. La apuesta es más segura.