Opinión | Editorial

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Sánchez busca el centro en Catalunya

El impase político hasta el juicio del 'procés' es comprensible, pero se corre el riesgo de que la solución se complique aún más

Pedro Sánchez

Pedro Sánchez / AFP / CRISTINA QUICLER

Desde que llegó a la Moncloa, Pedro Sánchez se propuso en primer lugar desinflamar la cuestión catalana para intentar normalizar las relaciones con la Generalitat después de la ruptura y el choque institucional producidos por la DUI y la consiguiente aplicación del artículo 155 de la Constitución por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, con el apoyo socialista. La desinflamación ha funcionado, pese al acoso a que han sometido al Gobierno el PP y Ciudadanos (Cs), pero la normalización con las autoridades catalanas no se alcanza porque el Govern condiciona cualquier avance a la situación de los políticos presos y menosprecia cualquier otra concesión de Sánchez, como ha ocurrido con el cambio de criterio de la Abogacía del Estado ante el juicio por el ‘procés’Abogacía del Estado‘procés’. La normalización se limita a las reuniones de las comisiones bilaterales Estado-Generalitat y al diálogo que ensayan dos gobiernos que antes ni se hablaban.

Catalunya se ha convertido, mientras tanto, en el tema estrella de las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, lo que no contribuye a destensar la situación ni a aprobar los Presupuestos Generales del Estado, que los partidos independentistas se niegan a apoyar mientras el Gobierno no intervenga ante la fiscalía en favor de los presos independentistas, algo que no puede hacer. Así, la campaña electoral andaluza se convierte en un campo de batalla con Catalunya en el centro, con unos partidos -PP y Cs- acusando a Sánchez de estar en manos de los independentistas, que, a su vez, le reprochan que se comporta igual que Rajoy.

Estas acusaciones cruzadas, de todas formas, tienen el mérito para Sánchez de colocarlo en el centro, en una situación de equidistancia que es la que quiere mantener situación de equidistanciay la que puede reportarle beneficios electorales si, como parece tras su reconocimiento de que prorrogará los Presupuestos del PP si no logra apoyos suficientes, se ve obligado a llamar a las urnas antes de lo que preveía. El Gobierno considera que no ha llegado aún el momento de ofrecer a Catalunya soluciones audaces –la tercera fase, tras la desinflamación y la normalización- y por eso no se esperan iniciativas relevantes en el pleno del Congreso dedicado monográficamente a Catalunyapleno del Congreso, que se celebrará el 12 de diciembre.

Todo quedará pendiente hasta que se celebre el juicio del ‘procés’ y se conozcan las sentencias. El impase es lógico y comprensible, pero se corre el riesgo de que entonces se desencadene otro carrusel electoral y la solución se complique aún más.