Dos miradas

Sacos de arena

Los poemas, como dijo Comadira, son como bolsas de tierra que acumulamos ante la inminente crecida del río que lleva barro y suciedad

El poeta Narcís Comadira, en la librería La Impossible.

El poeta Narcís Comadira, en la librería La Impossible. / periodico

Josep Maria Fonalleras

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¿Qué es la poesía? ¿Para qué sirve? Es una forma que conjunta la materia y el sentido. Y que conmueve. Conmueve al espinazo o a la inteligencia, o ambas cosas a la vez. Es decir, representa un golpe que percute en la más honda intimidad o un latigazo que te hace entender cómo funciona el mundo. La poesía es, como escribe Cartarescu, un "terror dulce, una presencia ausente, una grandeza humilde", oxímoron que nos habla justamente de la necesaria confrontación de términos que se incluye en las instrucciones de uso de la máquina verbal donde la lengua es sometida a la disciplina para provocar terremotos emotivos y con sentido.

Todo esto se dijo en el acto de concesión del título de doctor honoris causa por la Universitat de Girona al poeta Narcís ComadiraNarcís Comadira. Una ceremonia donde resonaron los ecos de las antiguas hondonadas, las marcas de fuego que nos han impactado como lectores y que nos han hecho compañía, nos han identificado, han hecho que nos entendiéramos, han empujado a amarnos, a ser cómplices de lo que la palabra genera: una muestra de piedad.

Los poemas -lo dijo Comadira en un discurso pausado y señorial, con un fraseo elegante y conmovedor- son como sacos de arena que acumulamos ante la inminente crecida del río que lleva barro y suciedad. Sacos que tratan de evitar la inundación o, cuando menos, de aliviar los efectos del desbordamiento. La poesía es un manual de supervivencia cuando el palacio, como decía Carner, deviene pedregal.