Opinión | LIBERTAD CONDICIONAL

LUCÍA ETXEBARRIA

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La gran mentira de las redes sociales (2)

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En el artículo pasado me refería a una campaña con dos anuncios en los que se les advertía a unas niñas de que tuvieran cuidado con en las redes sociales. En uno de ellos, por ejemplo, se veía a una chica hablando con un hombre. Ella le contaba: «He conocido a un chico, por internet… Es muy majo. Seguiremos quedando». Él le decía: «Muy bien: ahora mismo vas a ir a casa y le vas a decir eso mismo a tus padres».

Ese anuncio es un asco. Ese anuncio no le dice que lo primero que debe hacer, inmediatamente, es ir a la policía y denunciar. Que la policía puede y debe exigirle a la red social de turno que colabore.  

A mí, ya lo conté, también me estafó una pareja que sigue operando tranquilamente en la red. Creo que con mi hija de 15 años lo habrían tenido más difícil, porque ella es nativa digital. Por otra parte, también hay seductores que captan a hombres o a niños. Por eso, que dos anuncios incidan en el que el seductor es un hombre mayor y la seducida una niña, y que den como única solución la de responsabilizar a la niña, en lugar de recomendar que denuncie, equivale a decir que si te violan es tu culpa por salir a la calle de noche. Y a perpetuar la fantasía masculina de la 'lolita' víctima.

Pero aquí hay que entrar también en la responsabilidad de las propias redes.

En Reino Unido se han dado tantos casos de violadores que operaban buscando a sus parejas vía Tinder que hasta la policía tuvo que publicar avisos. Una periodista que fue violada por un desconocido al que conoció por Tinder experimentó la desagradable sorpresa de que más tarde se encontró con el mismo hombre, en la misma red. La red había bloqueado un perfil, pero el hombre se hizo otro.

Cualquier predador serial que opere por redes, sea de niños o de adultos, toma precauciones. Habrá abierto el perfil desde un locutorio, y se habrá asegurado de que allí no hay cámara. Si entra en el 'site' desde el móvil, lo hará con uno de tarjeta prepago. Así no pueden seguirle.

Facebook alardea
de tener 500
millones de
usuarios. Twitter, 
320. Instagram,
800. Pero,
¿cuántos tienen
de verdad?

Y como ni Facebook ni Instagram ni Tinder ni tantísimas redes sociales exigen un DNI ni ninguna prueba de identidad para saber quién ha abierto un perfil, si al predador le cierran o denuncian un perfil se abre inmediatamente otro. Eso le permite ir 'cazando' sin problemas.

¿Qué responsabilidad tiene la red social? Les voy a plantear una pregunta. ¿Por qué Florida es el estado de todos los Estados Unidos en el que hay más muertos por herida de bala y más asesinatos masivos? ¿Por qué Venezuela es el país de América Latina que ostenta el mismo triste récord? Alguno sabrá la respuesta. Porque en los dos es muy fácil conseguir armas.

Por esa razón, todo tipo de acosadores, 'trolls', extorsionadores y estafadores operan por redes. Porque le colocan el arma a mano. Porque las redes te ponen muy fácil cometer un delito. Porque no te piden un DNI para hacer un perfil. Y ¿por qué no lo piden? Porque entonces el número de cuentas se reduciría mucho.

Facebook alardea de tener 500 millones de usuarios. Twitter, 320. Instagram, 800. Pero, ¿cuántos tienen de verdad? Una persona puede hacerse 50 cuentas en un solo día si quiere. La mayoría de la gente tiene dos: la personal y la oficial (la que pueden ver sus jefes). Los adolescentes tienen dos: el 'Finsta', la de nombre falso, y la de nombre real que le dejan ver a sus padres.

¿Y de qué viven las redes? Uno, de cobrar por permitir que haya empresas que se anuncien. Y dos, de vender tus datos. Todo lo que publicas en tu perfil es susceptible de venderse después. Por eso las redes no pueden decir los usuarios REALES que tienen, porque se les acabaría el negocio. Y por eso las redes se han convertido en un territorio en el que cualquiera se puede abrir una cuenta con un nombre de pega y una foto robada para seducir, acosar, espiar, amenazar, estafar… En fin, cometer cualquier tipo de delito que implique crearse una identidad falsa. Igual que en Florida cualquiera puede comprar un arma.

Pero la cosa no se queda ahí. Las redes permiten que un millonario (Mr. Trump) altere el curso de una campaña electoral y cometa tongo en unas elecciones (y ahí sigue). La cosa ha llegado a tal punto que el Alto Comisionado de la ONU en un informe del pasado 3 de agosto, recomienda a los estados y al sector privado tomar acciones para respetar y proteger el derecho humano a la privacidad, en un contexto en que las redes te roban y explotan continuamente tu información privada sin consultártelo y sin que te enteres siquiera.

Pero ese es tema para el siguiente artículo…