ideas

¿Qué quiere decir 'almodovariano'?

Pedro Almodóvar, entre Victoria Abril y Marisa Pareces, en el rodaje de 'Tacones lejanos'

Pedro Almodóvar, entre Victoria Abril y Marisa Pareces, en el rodaje de 'Tacones lejanos' / periodico

Desirée de Fez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La semana pasada se estrenó 'El ángel', y "es muy Almodóvar". Y hace algo más de tiempo llegó a los cines 'Quién te cantará', que también "es muy Almodóvar". Además de ser propuestas rabiosamente personales, las películas de Luis Ortega y Carlos Vermut se parecen como un huevo a una castaña, pero hay cierto cuórum en que ambas "son muy Almodóvar".

Este adjetivo se usa con tanta ligereza y, sinceramente, tan mal que se ha desvirtuado por completo

Es obvio que Pedro Almodóvar es uno de los cineastas más influyentes del siglo pasado y del presente, y que su universo emocional y visual reverbera, con distinta intensidad, en un millón de películas. Y es cierto que, de maneras distintas, 'El ángel' y 'Quién te cantará' parecen mirarse puntualmente en algunos filmes (no en los mismos) de Almodóvar, que además es productor de 'El ángel' y confeso admirador de Vermut. Pero, de un tiempo a esta parte, el adjetivo almodovariano se usa con tanta ligereza y, sinceramente, tan mal que ha sido desvirtuado por completo. Ha sido desvirtuado hasta el punto de tener que invocar un milagro para encontrar al maestro en películas supuestamente inspiradas por su cine. Pero lo peor, en realidad, no es eso. Lo peor es que lo almodovariano ha sido simplificado de tal modo que a veces sugiere un profundo desconocimiento de la obra de Pedro Almodóvar, insinúa un hablar y escribir de oídas y sin tener muy clara ni la influencia ni la filmografía del cineasta.

Esto, por supuesto, ni es algo nuevo ni solo sucede con él. Hay mil ejemplos: todo lo más o menos raro es, por defecto, lynchiano, y todo lo más o menos retorcido es muy Haneke. Y lo de ventilarnos las películas con un adjetivo derivado del nombre de otro autor es solo un síntoma más de estos tiempos de inmediatez y rúbrica, de movernos en la superficie y resolver las cosas rápido. Pero, en la actualidad, el uso del adjetivo almodovariano clama al cielo. Si sus personajes principales son mujeres, apuesta frontalmente por el melodrama y refleja un costumbrismo, una película (sobre todo si es española) es automáticamente "muy Almodóvar". Y esa forma superficial, parcial y a menudo equívoca de etiquetar es igual de injusta con la película comentada que con el autor al que supuestamente evoca.