CAMBIOS EN EEUU

Ha sonado el despertador

El aturdimiento general creado por la ascensión de los populismos está llegando a su fin y los ciudadanos empiezan a reaccionar

Trump pierde el control de la Cámara de Representantes, pero mantiene el del Senado.

Trump pierde el control de la Cámara de Representantes, pero mantiene el del Senado. / periodico

Rosa Massagué

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El notorio avance demócrata en las elecciones del martes con la recuperación de la Cámara de Representantes y un crecimiento menos vistoso, pero más importante si cabe en las cámaras legislativas de los estados, tiene mucho parecido con resultados de elecciones recientes en otros países. Tras años de noqueo sistemático provocado por líderes y políticas de ultraderecha y populistas, la oposición empieza a dar signos de recuperación y, en EEUU, a hacerlo con nuevos agentes como son las mujeres, los jóvenes y los representantes de minorías étnicas y religiosas electos. Ha sonado el despertador.

Algo parecido ha ocurrido en Polonia, donde la oposición ha roto el dominio del partido ultra Ley y Justicia controlado por Jaroslaw Kaczinsky arrebatándole las ciudades en unas elecciones locales y regionales que parecían tener escaso interés, pero que han acabado por abrir camino. En ambos casos, la participación electoral ha sido superior a la habitual en comicios parecidos.

En Italia empieza a resultar dudoso que plantar cara a la UE como propone el Gobierno de alianza entre el populismo de derechas y el populismo supuestamente de izquierdas, siga aportándoles votos. En el Reino Unido, el país del ‘brexit’, hay en estos momentos un amplísimo  movimiento ciudadano a favor de la Unión. Llega tarde, sí, pero al menos ahí está. Y en Alemania, el espectacular avance de los Verdes en las últimas elecciones en los ‘länder’ de Baviera y Hesse, así como los sondeos más recientes, se mueve en la misma dirección.

Ideario insultante y grosero

El aturdimiento general creado por la ascensión de los populismos está llegando a su fin y los ciudadanos, en tiempo de elecciones o no, empiezan a reaccionar ante la involución impuesta por un ideario insultante, grosero y antidemocrático.

En EEUU, al Partido Demócrata le esperan tres tareas fundamentales. En la Cámara de Representantes, el escrutinio de la Casa Blanca y de su presidente mentiroso y en constante colusión de intereses. La segunda tarea es la de ampliar el espectro de sus votantes y esto se hace con un buen programa y con unidad. Sería trágico para el partido en fase de resurrección, pero todavía tocado, que se enzarzara en una lucha estéril entre los sectores más izquierdistas que se miran en el espejo de Bernie Sanders, el político que entró en liza con Hillary Clinton para lograr la candidatura demócrata en las últimas presidenciales y perdió, y los moderados que pueden considerar como su referente al ahora demócrata Michael Bloomberg, multimillonario, exalcalde de Nueva York y exrepublicano.

Cuando faltan dos años para las elecciones presidenciales, los demócratas deben buscar un buen candidato. Beto O’Rourke no consiguió el puesto por Tejas en el Senado al republicano Ted Cruz, pero logró una insólita movilización ciudadana y su carrera política no debe detenerse. Se ha dicho de él que es una versión moderna de Bob Kennedy, aunque tampoco faltaría un Kennedy auténtico. Joseph Kennedy III, nieto de aquel fiscal general asesinado, acaba de renovar el escaño que ganó por primera vez en el 2013.