Opinión | Editorial

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La reforma de la Rambla

El proyecto presentado por el Ayuntamiento propone una nueva filosofía, una forma distinta de entender el paseo por excelencia de Barcelona

Recreaciones por ordenador de cómo quedará la Rambla según el proyecto de reforma presentado por el Ayuntamiento de Barcelona

Recreaciones por ordenador de cómo quedará la Rambla según el proyecto de reforma presentado por el Ayuntamiento de Barcelona / periodico

La renovación de la Rambla de Barcelona, presentada este viernes por el Ayuntamiento, va más allá de una reestructuración urbanística e incide en uno de los puntos clave que figuraba en la propuesta del colectivo Km-ZERO que hace poco más de un año ganó el concurso para revitalizar uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad. El proyecto, liderado por la arquitecta y exconcejala de Ciutat Vella Itziar González, representa una renovación a fondo de la Rambla, una reinvención que ha de ayudar a transformar el entorno, para abrirlo al mar y convertirlo en una zona de vitalidad ciudadana, teniendo en cuenta su dimensión social y cultural.

A nadie escapa que la Rambla ha sufrido un deterioro paulatino que la ha alejado de la ciudadanía, una tendencia que la misma  González ya quiso revertir en el 2007 y hasta su dimisión en el 2010. Ahora, se emprende la reforma que deberá iniciarse, por tramos, dentro de un año y con una inversión de 35,6 millones de euros. Sin llegar a la completa peatonalización, se ampliarán los espacios para viandantes, se restringirá el tráfico (excepto para el bus y la carga y descarga) con un solo carril de circulación y se crearán espacios de convivencia. Más allá de los detalles, y de las críticas que pueda despertar como ya ocurrió en su día con la hoy elogiada avenida del Portal de l'Àngel, lo que se propone es una nueva filosofía, una forma distinta de entender el paseo por excelencia de Barcelona. Es seguro que será un tema estrella en las municipales. Aun así, debería estar por encima de debates partidistas.