La hoguera

Talegón, homeopatía, 'procés'

La seudomedicina te asegura grandes resultados con hierbitas inocuas diluidas en agua, y el 'procés' promete la independencia con pequeños movimientos disueltos en inmensos océanos de propaganda

Beatriz Talegón, militante del PSOE conocida por sus polémicas intervenciones.

Beatriz Talegón, militante del PSOE conocida por sus polémicas intervenciones. / epp

Juan Soto Ivars

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Noches sin dormir, paseos en solitario por la calle a las cuatro de la madrugada, desvelos y mareos al levantarme de la taza del retrete. Síntomas de la confusión que me produce el romance de Bea Talegón con el independentismo. Las explicaciones fáciles de sus troles (que ella va donde le pagan, que está loca, etcétera) a mí no me convencen. Pero al fin encontré la explicación. Resulta que Bea Talegón cree en la homeopatía.

El 'procés' y la homeopatía son la misma píldora en diferente frasco. La seudomedicina te asegura grandes resultados con hierbitas inocuas diluidas en agua, y el 'procés' promete la independencia de Catalunya con pequeños movimientos disueltos en inmensos océanos de propaganda. Ambas supercherías engañan. Ambas son placebos. Ambas están refutadas por los datos. Y ambas se hacen más fuertes precisamente por estos motivos.

Hay dos libros que explican la conexión entre la homeopatía y los movimientos como el 'procés', especialmente atractivos para una parte un poco boba de la izquierda. José Mauricio Schwartz escribió 'La izquierda feng-shui' (Ariel) y Félix Ovejero acaba de publicar 'La deriva reaccionaria de la izquierda” (Página Indómita). Schwartz y Ovejero critican la permeabilidad de una porción del progresismo hacia las distintas manifestaciones del pensamiento mágico, basamento de productos como el 'homeopatinol' y la 'procesina'.

Bien. Lo que termina de hermanar las dos creencias es su capacidad para atrincherar a los creyentes cuando un descreído les señala sus errores, es decir, su resistencia a los hechos y a cualquier refutación racional. Hasta el martes, Talegón no había tuiteado nada sobre la homeopatía, pero cuando se anunció que el Estado va a meter mano, se abrieron para ella todas las puertas de la conciencia. Muchos se enzarzaron, algunos con explicaciones y otros con burlas, pero solo consiguieron que Talegón defendiera las pildoritas de Mary Poppins con mayor pasión. Que es, al fin y al cabo, lo que pasa cuando discutes con alguien que siga creyendo en la independencia falsa que venden Mas, Torra y Puigdemont.