ANÁLISIS DE UN DESPIDO

Perdón, ¿de que señorío me hablan?

Lamentable, vergonzosa, dañina a innecesaria la nota con la que el Real Madrid despide a Lopetegui

Julen Lopetegui tuvo claro, en el Camp Nou, que lo iban a despedir

Julen Lopetegui tuvo claro, en el Camp Nou, que lo iban a despedir / periodico

Emilio Pérez de Rozas

Emilio Pérez de Rozas

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Yo lo siento, pero si todo esto lo hace el Barça, le caemos a gorrazos, a palos, a insultos, a editoriales (los primeros, los medios de Madrid, que son tan seguidores del Barça como nosotros de la casa blanca) y empezamos a hablar mal (o a seguir, porque no paran) del ‘mes que un club’ y tal, y tal, y tal.

Es evidente que hace ya mucho tiempo que el Real Madrid ha perdido el llamado señorío blanco y que si Santiago Bernabéu y/o Raimundo Saporta levantaran la cabeza, regresarían a su tumba ante la vergüenza de no poder sostener la mirada a nadie, ni siquiera al pobre, sí, sí, pobre e ingenuo Julen Lopetegui que, cuando fueron a arrancarlo de la selección española, en Moscú, se creyó el cuento que le explicó Florentino Pérez de que era el entrenador de sus sueños, sin decirle que era plato de sexta mesa después de que otros cinco técnicos le dijesen que se comiera su desgastada plantilla con patatas.

Los ocho candidatos

No sé si la crisis del directores de comunicación y jefes de prensa del Barça, eterna, larguísima, hubiese parido una nota de prensa de despido tan cruel, tan impropia, tan innecesaria, redactada por un auténtico sádico con la única intención de dañar, aún más, y pisotear el escaso prestigio de Lopetegui. No, no la hubiesen redactado, ni les hubiesen dejado hacerlo. Claro que, ahora, hay defensores del ‘ser superior’ (muchos, los hay, sí) que dicen, que hablan, que apuntan a que la nota es un toque de atención a los futbolistas, a esos ocho candidatos al Balón de Oro (Bale, Benzema, Courtois, Isco, Marcelo, Modric, Ramos y Varane). Ya, seguro, fijo…

Es una vergüenza que el Real Madrid, perdón, Florentino Pérez no de la cara (por vez primera en la historia) y liquide al entrenador de sus sueños, al que arrancó de la selección importándolo un pimiento el destino de ‘la Roja’, con una nota dañina, vergonzosa y sádica. Es como el general Franco liquidaba a sus ministros, enviándoles un motorista con la carta de despido.

En la misiva oficial blanca, por supuesto, no se habla de que el último gran fichaje de Florentino, que ahora quiere pasar a la historia convirtiendo el Bernabéu en la Capilla Sixtina y gastándose 600 millones de euros, fue James Rodríguez (2014) por 75 millones de euros. La siguiente lista es: Danilo (2015), 31.5 millones; Morata (2016), 30; Theo Hernández (2017), 25 y Vinicius Júnior (2018), 45.

Racha horrible, la peor

Si eres tan valiente, si eres tan atrevido, si eres tan despiadado, sin eres tan cruel, si eres tan duro como para recordarle al entrenador de tus sueños, del que te has desenamorado en cuatro meses, que le entregaste ocho candidatos a Balón de Oro (¿qué es ser candidato al Balón de Oro?, poca cosa, otro asunto es ganarlo) y ha hecho el ridículo (137 días de gestión, 14 partidos, 6 victorias, 6 derrotas, 2 empates, 22 goles a favor y 16 en contra, 9º de la Liga y perdedor de la Supercopa de Europa), por qué no te pones tú el primero en la lista de fracasados pues tú apuesta ha sido un desastre y, además, no olvides que malvendiste al único Balón de Oro auténtico, real, que tenías, Cristiano Ronaldo.

Es evidente que Florentino Pérez aparecerá un día de estos en el salón de las columnas, rodeado de esos directivos jarrones chinos que ayer mismo se enteraron (por los medios) que su presidente les confirmaría, horas después, que iba a fulminar (¿les dijo también que lo maltrataría con esa nota tan, tan, ofensiva y lejos de los valores y señorío que brillaban antes en el escudo blanco?), para anunciar el fichaje del siguiente entrenador. Y es evidente que le agradecerá los servicios prestados a Lopetegui, al que le pagará el finiquito completo, sabedor de que, como mucho, solo oirá a su padre, don José Antonio, repetir esa verdad que dijo el otro día en el diario ‘El Mundo’: “A mi hijo le robaron 50 goles”.

Ataque de CR7

Puede que sea el fútbol. Puede que sea la vida, que es así de dura. Puede que sea el estilo del hombre fuerte de ACS. Puede que sea lo más normal en los grandes y duros jefes de recursos humanos de esta despiadada sociedad capitalista, no lo dudo. Y hasta puede que Julen Lopetegui llevase en el pecado esta penitencia. Pero uno se imagina que el señorío que el Real Madrid empezó a perder cuando dejó viuda a ‘la Roja’ se terminaba ahí. Y no, el ‘ser superior’ se ha atrevido a más, recordándole a su 'mister' los ocho candidatos al Balón de Oro que le entregó, mientras su ganador, su poseedor, CR7, el bueno, el goleador, el único que no debió despedir, se reía de él desde las páginas de la prestigiosa revista ‘France Football’.

Y, por favor, que no vuelvan a hablar del señorío del Real Madrid hasta nuevo aviso. O presidente.