LA CLAVE

Khashoggi y Yemen

¿El escándalo de la 'comunidad internacional' es por el asesinato en sí o porque ha trascendido?

Activistascaracterizados como Trump y Bin Salmán protestan ante el Departamento de Estado de EEUU reclamando sanciones contra Arabia Saudí por la muerte de Khashoggi.

Activistascaracterizados como Trump y Bin Salmán protestan ante el Departamento de Estado de EEUU reclamando sanciones contra Arabia Saudí por la muerte de Khashoggi. / periodico

JOAN CAÑETE BAYLE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Seamos lo que algunos llaman populistas: el brutal asesinato de un periodista ha conseguido lo que tres años de guerra en Yemen y la muerte de miles de personas, entre ellos muchos niños, no habían logrado: crearle un problemón de relaciones públicas a Arabia Saudí. No nos caemos del guindo, sabemos que en el mundo tan solo priman los intereses (económicos, políticos, etcétera), pero en ocasiones nos muestran con tal crueldad  este hecho que resulta insoportable tanta hipocresía. No es que la libertad de expresión no sea importante, no es que acallar la disidencia a base de serrucho eléctrico no sea intolerable; es que, la verdad, cuesta creer tanta indignación por Khashoggi y tanto mirar hacia otro lado por los yemenís, que purgan que la caprichosa naturaleza no les diera petróleo.

La chapuza

Seamos lo que algunos llaman demagogos: ¿y si en lugar de asesinar a Jamal Khashoghi  en un consulado, con testigos y grabaciones, lo hubieran matado, qué sé yo, envenenándolo? ¿O en una esquina o en su cama de un tiro? ¿O con un misil lanzado desde un dron en mitad del desierto? ¿Y si hubiese sucedido en otro consulado que no fuera en Turquía, en otro país que no necesitara una palanca con la que revertir el castigo económico impuesto por Washington que ha hundido su moneda? ¿Y si el periodista asesinado no escribiera en ‘The Washington Post’? ¿Nos habríamos enterado? ¿El escándalo de la ‘comunidad internacional’ es por el asesinato en sí o porque ha trascendido? (y, además, fue una chapuza que nos hace quedar mal si no decimos nada)

Seamos lo que algunos llaman realistas. ¿A cuántos monarcas, príncipes, aspirantes al trono e hijos favoritos de alguna mujer del rey “reformistas” saudís ha entronizado la prensa, sobre todo la anglosajona, en las últimas décadas? ¿A qué otro país se le ha perdonado algo similar a que en el 11-S participaran sobre todo saudís y lo organizara el hijo de una de las grandes familias del país? ¿O que haya exportado (intelectual y financieramente) el wahabismo por todo el mundo? ¿A cuántos otros sátrapas (y su extensísima familia) se les recibe con los brazos abiertos, la sonrisa profiden y los ojitos titilantes allí donde van?

Seamos serios. Las armas que, tal vez, dejemos de vender hoy las colocaremos mañana. El Davos del desierto se celebra cada día. Y si este príncipe reformador cae por el asesinato de Khashoggi, entronizaremos a otro, que seguro que será más moderno y reformista y mejor formado en Occidente, si cabe. Eso es tan seguro como que los juguetes de guerra que dan trabajo aquí acaban matando allí.