Dos miradas

Estado inmaculado

Companys fue detenido por unos nazis que eran Estado y fue entregado a un Estado amigo. Pero el esperpento de Cs fundamenta la idea de que el Estado solo lo es cuando tiene leyes democráticas. Y no. Lo es siempre

Josep Maria Fonalleras

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Tras la bravata indocumentada de Inés Arrimadas en el Parlament se esconde una interesante teoría sobre el Estado que deberíamos tener en cuenta a la hora de analizar su posición en el contexto político. Antes de nada, una aclaración. Cuando Arrimadas distingue entre Estado y "régimen franquista, fascista", se olvida de un pequeño detalle. Si el Estado es bueno por definición, que es allí donde se escuda para hablar del asesinato de Companys, ¿por qué entonces el Estado bueno -es decir, todos aquellos que lo representan, como Ciudadanos o el PP- no repudian los juicios sumarios del franquismo y, pues, la condena a muerte de Companys? Si los crímenes fueron cometidos por un grupo de facciosos que habían usurpado las virtudes del Estado bueno, ¿por qué no los declaran inválidos y, pues, preservan la bondad implícita del Estado? Es fácil: porque efectivamente los cometió un Estado que entonces era fascista y que, al parecer, al menos en este punto, lo sigue siendo, ya que asume aquellas sentencias como propias.

Companys fue detenido por unos nazis que eran Estado y fue entregado a un Estado amigo de los nazis. Pero el esperpento de Ciudadanos (toda una declaración de principios) fundamenta la idea de que el Estado solo lo es cuando tiene leyes democráticas. Y no. Lo es siempre. Y reconocerlo, asumir la historia, no reescribirla pero sí entenderla y combatir su ignominia, es el primer paso para ejercer la dignidad y no hacer el ridículo.