Dos miradas

Companys y Torra

Apelar constantemente a la libertad y, a la vez, jugar con la más vil manipulación quizá da retuits, pero solo nos debilita democráticamente y nos aleja de ese grito reivindicado de Companys

El presidente del Parlament, Roger Torrent; el presidente del Govern, Quim Torra, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante la ofrenda a la tumba de Lluís Companys.

El presidente del Parlament, Roger Torrent; el presidente del Govern, Quim Torra, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante la ofrenda a la tumba de Lluís Companys. / ALBERT BERTRAN

Emma Riverola

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Quim Torra escribe en Twitter: “Hoy hace 78 años el president Lluís Companys, escogido democráticamente, fue asesinado por el Estado español. Lo mataron a él, pero su grito continúa siendo el nuestro: democracia, libertad y república. Sepamos ser dignos de su muerte. ¡Por Catalunya!”. Que Companys, igual que tantos demócratas del resto de España, fuera fusilado por la dictadura franquista, régimen que se impuso después de una guerra fratricida iniciada por un golpe de Estado contra la República española, contra el Estado español, no le pareció al 'president' matiz suficiente para introducirlo en su mensaje.

¿Cuántas manipulaciones estamos dispuestos a tragar para reafirmarnos en nuestra ideología? Los líderes del ‘procés’ mintieron por encima de lo que resulta admisible en una sociedad democráticamente madura, pero la mayoría social independentista sigue sin exigir rectificaciones y focalizando todos los reproches en el Estado español, convenientemente aleccionados por misas semanales televisivas.

Todas las ideologías fracasan cuando se justifican los abusos propios por la actitud del enemigo y se señala a los disidentes acusándoles de traición. Barbaridades como las de Torra no deberían ser jaleadas ni consentidas por los suyos. Apelar constantemente a la libertad y, a la vez, jugar con la más vil manipulación quizá da retuits, pero solo nos debilita democráticamente y nos aleja de ese grito reivindicado de Companys.