Al contrataque

¿Taberna o Parlamento?

El nivel general es cada vez más desmoralizador y se abusa demasiado del chascarrillo. Ya no hay sesiones sosegadas, sesudas o incluso tediosas. Ahora, funciona todo a golpe de sobresalto

Cristina Pardo

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El Parlamento se está convirtiendo en un lugar de lo más estrafalario. Cuando no pillamos a la vicepresidenta jugando al Candy Crush, un diputado saca una impresora, una bandera o una camiseta. Cuando uno no llama a otro “gilipollas”, otro espeta un “te vas a enterar” o la otra suelta un “que se jodan”. En el mejor de los casos, algunos diputados son expulsados de la tribuna. Esta manera tabernaria de afrontar los debates parlamentarios no es exclusiva de ningún partido. Generalmente, los minoritarios utilizan todo tipo de parafernalia para conseguir 20 segundos de Telediario.

Sin embargo, creo que el nivel general es cada vez más desmoralizador y que se abusa demasiado del chascarrillo. Ya no hay sesiones sosegadas, sesudas o incluso tediosas. Ahora, funciona todo a golpe de sobresalto. Este martes se ha vivido un episodio que, en mi opinión, no es digno del Congreso, la casa de todos. Comparecía en la comisión de investigación del PP Álvarez-Cascos, exsecretario general del partido y exministro de Fomento. Gabriel Rufián, en pleno interrogatorio, ha llamado “palmera” de Cascos a la vicepresidenta de la Comisión. Beatriz Escudero se ha quejado y en un momento dado, le ha dicho al diputado de ERC: “No me guiñes el ojo, imbécil”.

Rufián es un provocador, además de ser el primer político que ha convertido sus discursos en una ristra de tuits. Es muy efectista, pero también agotador. Terminas por no tomarte del todo en serio el ‘troleo’ permanente que ejerce Rufián. Yo comprendo que pueda sacar de quicio a su interlocutor. De hecho, probablemente es lo que él busca. Sin embargo, tampoco parece muy recomendable ponerse a su altura y actuar de la misma forma. Que el diputado de ERC llame palmera a una del PP y ella le conteste tildándole de imbécil es un hecho lamentable. Puede que sea uno de los mayores ejemplos de sinceridad política; por verle algo bueno, vaya. Porque seguramente los diputados del PP en esta comisión actúan como palmeros y es más que probable que la opinión que ellos tienen de Rufián se ajuste a la definición de Escudero.

Pero, hombre, convendría mantener el tipo y dar ejemplo. Y si no, que se citen en la calle. Porque, de la sesión de hoy, esto es lo que quedará. Por si hay alguien a quien le interese, ya que parece que los que pidieron esta comisión buscaban otra cosa, Cascos ha negado cualquier irregularidad en el PP y ha definido como “intachable” el comportamiento de los extesoreros. Si los portavoces se estudiaran antes los casos en lugar de buscar su lucimiento personal, quizá podrían haberle sacado de ahí. A él y a los demás. Porque si no, es como si nos trataran a todos, efectivamente, como a imbéciles.