Periodismo, historia y literatura

Sin hacer ruido

La mirada poliédrica que propone 'L'Avenç' en su compromiso con la cultura, por un país más culto y más libre llega a la edición 450

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Núria Iceta

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Este mes de octubre la revista 'L’Avenç' llega a la edición número 450 sin hacer ruido. Hemos medio decidido que sea así porque no nunca hemos sido demasiado partidarios del abuso de las efemérides como excusa para hablar de uno mismo y porque no podemos abstraernos de un ambiente político y social que invita poco al triunfalismo. Quizá por eso me he decidido a utilizar este espacio de opinión pública para hacerlo y porque sé que 'L’Avenç' es mucho más de lo que pueda significar para mí y es de eso de lo que quisiera hablar.

En un país que todavía paga, también culturalmente, la fractura de la guerra y la dictadura, vale la pena recordar que la revista aparecía poco después de la recuperación de las libertades democráticas, en una sociedad que había conseguido mantener viva su lengua y su cultura superando todas las trabas posibles. Si la continuidad, el puente con la tradición, era importante entonces, la mirada histórica sobre el presente sigue siendo hoy el eje central de nuestro propósito. Queremos saber qué ha pasado, qué pasa y por qué. Creemos, modestamente también, que la apertura de contenidos al conjunto de las humanidades más allá de la historia, que acentuamos a finales de los 90, respondía a la necesidad de romper fronteras entre disciplinas, de ofrecer diversas perspectivas para entender el mundo, ser radicalmente abiertos a aportaciones de calidad y a nuestro compromiso con el lector, y no a servidumbres gremiales o prejuicios heredados.

Una mirada poliédrica como la que proponemos, que combina el periodismo, la historia y la literatura, es de cocción lenta y no exime al lector de un esfuerzo de atención. Esta propuesta es modesta y ambiciosa, porque no nos da vergüenza decir que quisiéramos ser más, tener más medios, llegar a más gente; y necesaria, si aspiramos a entender la complejidad de nuestra sociedad. Sí, nuestro compromiso con la cultura, nuestra propuesta para un país más culto y por lo tanto más libre, necesita del apoyo decidido de personas e instituciones públicas y privadas. Y quizá sea esta afirmación en voz alta la novedad del 450.