Tras la polémica por la tesis del presidente

Miedo a analizar a fondo los plagios

En España parece producir alergia y temor el examen independiente de la autoría de las tesis doctorales

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Pere Puigdomènech

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La ciencia tiene un impacto significativo en nuestra sociedad y en consecuencia los ciudadanos que en la mayoría de los casos son lo que la financian tienen derecho a que se lleve a cabo de forma correcta. Entre las reglas que se deben tener en cuenta están aquellas que permiten identificar quién es el autor de un descubrimiento o quien ha formulado por primera vez una idea. Es muy parecido al caso de pintores, escritores o músicos que tienen derecho a que se les reconozca como autores de una obra determinada. Apropiarse de la autoría de una obra de arte en beneficio propio es una falta tipificada en el Código Penal. Plagiar en un trabajo científico, y una tesis doctoral es un ejemplo, está considerado uno de los fraudes más perseguidos. Si se presenta una duda de plagio en la tesis de un miembro de un Gobierno, el interés de todos es que su tesis se examine con profundidad y de manera independiente.

La ciencia es una empresa que realizan personas que acaban produciendo descubrimientostécnicas o productos nuevos que ponen al alcance del público. La novedad del descubrimiento es esencial para el interés del trabajo que hacen los científicos que basan su reputación y a menudo su carrera en este reconocimiento. La ciencia es también una actividad acumulativa que basa su trabajo en descubrimientos anteriores. Atribuirse un hallazgo o no reconocer lo que han hecho otros son faltas graves hacia la sociedad y hacia los demás investigadores. Cuando se trata de publicaciones, si alguien copia un texto y se atribuye su autoría se produce un plagio.

Definir el grado de un plagio solo es sencillo cuando se trata de una copia literal de capítulos, pero muy difícil si se trata de similitudes, según la disciplina del estudio y la trascendencia

En las obras de arte el plagio está tipificado en leyes que protegen los derechos del autor. En el caso de los artistas que viven de las obras que han producido, la protección de sus derechos puede ser una materia vital para ellos. En ciencia también lo es, porque el producto más común de un investigador es un artículo en una revista científica o un libro. Una tesis doctoral debe ser un trabajo original de una persona a la que la comunidad universitaria reconoce su autoría y su capacidad para llevar a cabo una labor de investigación. Es una etapa esencial en la carrera de un investigador y de un universitario, aunque sus características, siguiendo las propias tradiciones, pueden ser bastante diferentes de una disciplina a otra o de un país a otro.

A veces definir un plagio no es sencillo. Copiar textos enteros de un autor sin darle un reconocimiento explícito es fácil de detectar. Actualmente las revistas científicas utilizan programas de comparación de textos con la literatura existente que detecta estos casos. Pero hay diferentes grados de plagio, desde la copia literal de grandes capítulos de una obra publicada a similitudes que pueden ser involuntarias. Es a menudo difícil describir con palabras diferentes métodos que se han utilizado miles de veces. También es diferente el plagio en las ciencias naturales, en las que lo importante es un nuevo descubrimiento, que en las humanidades, en las que el objetivo puede ser el análisis o la comparación de textos. Pero, en todos los casos, reconocer lo que es aportación propia y lo que es una obra de otro autor es esencial.

Cuando hay una acusación de plagio, lo más importante es que alguien analice de forma independiente y creíble de qué se trata. A veces es muy fácil, pero en la mayor parte de los casos hay que hacer un examen a fondo, medir la extensión de lo copiado y su trascendencia, y llegar a conclusiones en función de la obra y de su contexto. Concluir si ha habido plagio, sobre todo en un contexto político puede ser complicado. En Alemania, donde tener una tesis doctoral significa algo, ha habido al menos tres casos de plagios en tesis de ministros. En el caso del ministro de la Defensa del 2013 el caso era tan clamoroso que dimitió de forma inmediata. Poco tiempo después la ministra de Educación, hoy embajadora en el Vaticano, se defendió ante la justicia de la revocación de su tesis por parte de la Universidad de Düsseldorf, pero terminó perdiendo. En el 2015, la tesis de Medicina de la ministra de Sanidad se mantuvo porque el plagio fue considerado poco significativo. Son ejemplos de que una acusación de plagio, o la defensa de su ausencia, necesita de un análisis a fondo de los textos por parte de especialistas independientes. Es curioso que aquí las acusaciones y defensas de plagio se hagan con una gran frivolidad y parece haber una alergia a un análisis a fondo de estos temas. Es posible que la independencia de criterio produzca de miedo, y eso no es buena señal.