Luis Enrique y Lopetegui, la cara y la cruz

Me gusta la forma en la que la RFEF anuncia la convocatoria de Luis Enrique. Ese vídeo del seleccionador, relajado y natural, colgando las perchas de los 23 elegidos en el vestuario es fresca, actual y divertida. Nuevos tiempos que acercan la Roja a los jóvenes consumidores instagrammers, y a la vez relanzan la figura del seleccionador, alejándola del personaje malencarado y antipático que la mayoría percibía hasta ahora.

No es mi caso. El miércoles comprobé en directo en el Metropolitano que pese a no querer soltar prenda a pocas horas de dar la lista, el seleccionador es capaz de pasarlo bien en una entrevista hablando de, por ejemplo, Valverde. Eso sí, Alejandro. Hablando del maillot arcoíris del murciano a Luis Enrique se le dibuja una sonrisa. Se nota también que la nueva selección ha empezado con sobresaliente.

La defunción de la selección

Todo lo contrario le pasa a Lopetegui, cuyo rostro refleja las dificultades que está encontrando en un camino que empezó torcido de origen en Rusia y ha tocado fondo (o no...) precisamente en el estadio Luzhniki , justo donde se certificó la defunción de "su" selección en los octavos de final del pasado Mundial.

Desde que los caminos de la selección y el Real Madrid se cruzasen por obra y gracia de Florentino, han pasado cosas. Una por encima del resto ha tenido incidencia directa. "Cristiano es el jugador que quiero tener siempre a mi lado, es el mejor del mundo", dijo Julen el día de su presentación. En menos de un mes, el club blanco anunciaba el traspaso de Ronaldo a la Juve. Hasta el miércoles nadie se había salido del guión, pero tras la derrota en Moscú, Keylor Navas reconoció lo evidente : "No se puede tapar el sol con un dedo". Parece de perogrullo, pero Lopetegui no podrá cargar con la culpa de haber perdido 50 goles por temporada.

Errático con Vinicius

La que sí es suya es elegir mal el día para rotar, o su actitud errática con Vinicius, tan pronto en el Castilla, como entrando a última hora en el derbi. O insistir en titularidades de jugadores fuera de forma. No debe ser fácil ser entrenador del Madrid, y menos en la era post Cristiano/Zidane.Y menos agradar a plantilla y presidente a la vez alternando a Courtois y Navas.

Quien arriesga no siempre gana, aunque mientras le dejen, podrá elegir la manera de intentarlo.