Las reglas de juego de internet
Información 'algorítmica' comprensible
Las redes sociales obligan a los usuarios casi a descifrar sus informaciones sobre los cambios de uso que introducen
Carmina Crusafon
Profesora de la Universitat Autònoma de Barcelona.
Carmina Crusafon
Les habrá pasado que últimamente cuando consultan sus redes sociales se encuentran con cambios introducidos en las condiciones de uso. Algunos son claros, pero otros conducen a la confusión. ¿Qué está pasando? Dos cosas: primero, la nueva legislación europea ha obligado a las empresas a actualizar sus normas de acceso y de privacidad; y segundo, están apareciendo un conjunto de desinformaciones (a veces, bulos) que convierten en confusa la información disponible para los usuarios.
Las condiciones de uso deberían ser siempre comprensibles y de fácil acceso. Estos son dos requisitos básicos que debería ofrecer cualquier compañía a sus clientes. Y en el caso de las grandes empresas tecnológicas con más razón. Pero la teoría no siempre equivale a la realidad. Les pondré dos ejemplos con los que me he encontrado recientemente.
En las últimas semanas seguramente habrán visto que algunos de sus amigos en Facebook colgaban un post que decía que para evitar recibir siempre información de los mismos 25 amigos debías responder a ese mensaje con algún comentario. Parecía que de repente Facebook había cambiado su manera de funcionar, el famoso algoritmo ya no tenía en cuenta las preferencias del usuario y decidía por él mismo. Por lo contrario, esto no era así, sino que se trataba de una de esas cadenas que responden a información falsa. Esto es, una 'cadena de favores' que ofrece información imprecisa y algunos la han calificado de otro de los “bulos de internet”. Respondía más a un interés por incrementar el uso, a través de lo que se conocen como “los cebos de participación”. Así que, si hicieron caso a esta información de sus amigos, contribuyeron a incrementar la actividad en Facebook sin que se hubiera cambiado de forma significativa el algoritmo.
Hace escasos días, se producía también un cambio en otra red social. En este caso, Twitter anunció que a partir de ahora el usuario puede decidir si quiere ver las informaciones de forma cronológica o bien a través de su fórmula “lo que te has perdido”, donde un algoritmo decide qué es lo más significativo. En esta ocasión, la compañía ha hecho caso a los usuarios que en su gran mayoría preferían la fórmula simple del 'timeline' cronológico. En consecuencia, el algoritmo de preferencias pasa a un segundo término.
Posibles soluciones
Estos dos ejemplos son una muestra de la importancia de tener una información comprensible sobre como funcionan técnicamente estas redes sociales. Es decir, el desconocimiento sobre cómo trabajan los algoritmos da lugar a la desinformación y a la confusión. Detrás de ellas, aparece un tema relevante: quién ejerce el control. Parece que se trate de una batalla entre algoritmos y usuarios. La clave está en que no todos disponen de las mismas condiciones, hay quienes conocen bien las reglas del juego y quienes no. De ahí que es necesario garantizar un acceso a una información ‘algorítmica’ comprensible y accesible. La simplicidad tiene un valor intrínseco, como el dicho “menos es más”.
Posdata para las empresas tecnológicas: no compliquen las cosas, dejen que los usuarios decidan, sean transparentes con los cambios y explíquenlos de forma clara y sencilla.
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