Modelos enfrentados
Políticas de seguridad: 'Ellos y nosotros' o un 'nosotros' común
Si la izquierda no actúa con valentía, conservando sus principios, propiciará modelos alejados de la radicalidad democrática y el servicio público
Dolors Sabater
Exalcaldesa de Badalona.
Dolors Sabater
La seguridad es un tema demasiado importante como para dejarlo en manos de políticas de extrema derecha. Un tema demasiado importante como para no afrontarlo con valentía y discurso propio desde la radicalidad democrática, las izquierdas transformadoras y los movimientos que construyen alternativas. Con el feminismo como motor. Otro tipo de políticas de seguridad, y otro tipo de debate sobre seguridad es posible, pero es necesario dejar de evitar este reto como si nos fuera ajeno. Como si no hubiera más remedio que aceptar un 'ellos' y un 'nosotros'. Hablar de seguridad es hablar de garantizar el derecho a la libertad y a la vida, ¿hay algo tan importante? Pero es también entenderla como un mecanismo al servicio de un orden y un poder dominante. Las políticas de seguridad no son solo un trabajo policial, pero también, y la seguridad está claramente condicionada por los factores de desigualdad, pero no solo.
Innovar en el ámbito local
En mi experiencia como alcaldesa de Badalona durante el periodo 2015-2018 me hice cargo directamente las competencias de seguridad. Como antimilitarista y pedagoga pacifista asumí esta pretendida contradicción convencida de que se podría innovar en políticas de seguridad a nivel local, y más tras el mandato del PP de Xavier García Albiol haciendo bandera de un modelo efectista, pero nada eficaz, basado en el miedo, la represión y la arbitrariedad, que hizo aumentar mucho la percepción de inseguridad en la ciudad y el nivel de conflictos no resueltos.
El reto ha abierto un camino de éxito. El nuevo modelo implantado ha supuesto afrontar la seguridad de forma eficaz, con buenos resultados tangibles -un aumento del 7% de casos resueltos, una mejora en la percepción de seguridad ciudadana-, pero desde esquemas diferentes a los perpetuados por el sistema hegemónico, dejando de considerarlos inevitables. Con la prevención planificada como eje, la feminización como reto y con participación ciudadana, ha sido una experiencia modelo en diferentes encuentros y foros de referencia. Un camino iniciado y acertado con mucho recorrido pendiente aún, que se desperdicia desgraciadamente después de la moción de censura que nos ha desalojado del gobierno, desde siglas pretendidamente de izquierdas (PSC) y con idénticos discursos que el PP de Albiol.
No es nuevo que la seguridad sea instrumentalizada desde el electoralismo y la demagogia. Ya lo dice el sociólogo Ramón Grosfoguel (Universidad de California) cuando analiza las causas del crecimiento del racismo y el aumento de los apoyos electorales a la ultraderecha en Europa: si los partidos y organizaciones progresistas adoptan posturas propias de la derecha para acercarse a sus votantes, ayudan a generar y extender una subjetividad que blanquea y tolera lo intolerable, y que a la hora de votar produce trasvase de voto hacia el original. Pasa también en seguridad. Si la izquierda no deja de sentirse intimidada y de desdecirse fácilmente de sus principios, lo que hace es reforzar la subjetividad que defiende modelos absolutamente impropios de sistemas basados en la radicalidad democrática y el servicio público. De sistemas en común. ¿Quizá por eso ganó Albiol en Badalona? Es fácil caer, porque tenemos los deberes por hacer. En Badalona seguimos dispuestas.
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