Lacra urbana

Tú no eres 'cool', tú eres gilipollas

Una revista ha decidido que mi barrio madrileño, víctima del drama de la gentrificación y los pisos turísticos, sea el más guay del mundo

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Lucía Etxebarria

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'Time Out' ha decidido que Lavapiés/Embajadores es "el barrio más 'cool' del mundoLavapiés/Embajadores (sic), por su vida cultural popular y frenética, su multiculturalidad".

Llevo 20 años viviendo en la zona. Una de mis novela ('Cosmofobia') sucede aquí. He residido justo al lado de Tabacalera y a día de hoy soy una de las tres resistentes en un edificio en el que la mayoría de los pisos han sido comprados por un fondo buitre. El mío es como la aldea de Asterix, un minúsculo enclave que resiste al invasor.

No es solo el miedo y la lógica desconfianza que sientes al saber que cada día entran y salen de tu edificio cien desconocidos (hay 20 pisos turísticos). También están el ruido de las fiestas cada sábado noche y las vomitonas en el ascensor el domingo por la mañana.

Las colas en la biblioteca, que ha dejado de ser espacio de estudio para ser 'coworking',  las colas de horas en la estación de tren, con taquilleros desesperados que no saben cómo bregar con la invasión de guiris (Renfe no habilita nuevas taquillas), los cafés a cuatro euros, los vinos a seis, los precios del supermercado disparados, y todo el pequeño comercio de la zona desaparecido: ahora todo son 24 horas y franquicias.

Nuestra barrio es la zona de Madrid en la que más ha subido el alquiler, espoleado por Airbnb. Se ha convertido en peligroso. El antiguo tejido vecinal va desapareciendo. Ya casi no ves a viejecitas paseando. Las afortunadas han vendido el piso. A las que estaban alquiladas, les han desahuciado.

Cada vez que veo una persona rubia en 'shorts', siento ganas de invadir Polonia.

Yo viví en Barcelona y tuve que huir cuando la gentrificación destruyó la ciudad. Mis amigos, que vivían en Gràcia, el RavalSan Antoni o Eixample viven ahora en Badalona, Poble Nou, el Besòs o Vilassar, y emplean una hora en llegar a su trabajo. Los pisos que habitaban se han dividido en cuatro y ahora son de Airbnb.

Señores de 'Time Out', no tienen ustedes ni puta idea. Este barrio no es 'cool'. Este barrio está viviendo un drama, que artículos como el suyo solo contribuyen a agudizar.