Análisis

Quién se atreve a definir el talento

Las mujeres del cine no vamos a aceptar que nos sigan apartando de un espacio que nos corresponde por derecho y mérito

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Nieves Maroto

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Durante muchos años las mujeres del sector audiovisual hemos escuchado decir que el baremo para la selección de proyectos, guiones, trabajos... era exclusivamente el talento y, claro, nos callábamos, porque a priori es un argumento incontestable. Pero, ¿quién puede definir algo tan etéreo como el talento? Evidentemente, quienes tienen poder para hacerlo.

La participación de películas en festivales, la selección de contenidos por parte de las televisiones, la concesión de ayudas públicas, etcétera, dependen en la mayor parte de los casos de la decisión de un comité y es justamente en ese punto donde CIMA, la Asociación de Mujeres Cineastas, ha intentado incidir durante unos cuantos años. Si el comité no es paritario difícilmente conseguiremos que salgan adelante los proyectos de las mujeres.

Hoy en día, la paridad en los comités es algo comúnmente aceptado y, aunque es importante no es en absoluto suficiente. Al menos eso es lo que nos dicen los estudios que cada año realiza la Asociación para comprobar la evolución en la participación de las mujeres en el cine español, donde no pasamos nunca de un raquítico 26% (24% en el 2017).

Batería de acciones para aprovechar el talento

Así que debemos ponernos todos manos a la obra para hacer aflorar ese talento que aún permanece oculto por falta de apoyos económicos, empresariales, sociales e institucionales. Y no hay otra forma de conseguirlo que empleando todos los medios a nuestro alcance, que entre otros se pueden concretar en los siguientes:

Destinar un porcentaje de las ayudas públicas a proyectos dirigidos por mujeres. Sin dinero es muy difícil hacer películas y las dirigidas por mujeres cuentan con unos presupuestos sensiblemente inferiores a las realizadas por los hombres.

Establecer programas de formación específicos para que los proyectos puedan presentarse en los diferentes foros con una adecuada elaboración.

Adoptar medidas legislativas que persigan la igualdad efectiva en el sector, o por decirlo de otra forma, que no perpetúen la escandalosa desigualdad actual. Se ha demostrado que las medidas tímidas como ofrecer unos pocos puntos por la participación femenina en las películas son ineficaces a la hora de incrementar el número de mujeres en los equipos.

Fortalecer los lazos con la industria, donde también encontramos un escaso número de mujeres en puestos de máxima responsabilidad. Trabajar conjuntamente con distribuidores y exhibidores nos ofrece una visión más realista y cercana de nuestras posibilidades y genera una empatía necesaria para la correcta explotación de los largometrajes.

Admiramos la profesionalidad de las peluquerasmaquilladorasfigurinistas y sastras de nuestro cine, pero también queremos poder admirar a directoras, productoras y guionistas, es decir, las personas que toman las principales decisiones en las películas, porque seguro que nos van a mostrar otro punto de vista.

Me consta que tenemos la suerte de contar con excelentes profesionales mujeres en fotografíamúsicaefectos especiales y otras especialidades, pero raramente las llaman para grandes proyectos y esto sí que es un auténtico desperdicio del talento.

Quizá mucha gente aún no se haya percatado, pero la revolución está en marcha. No es violenta, ni agresiva, pero es imparable, porque ya no vamos a aceptar por más tiempo que nos echen a un lado, ya es hora de empezar a meter el codo para ocupar el espacio que por derecho y por mérito nos corresponde. Por favor, dejen paso.