OPINIÓN

Ryan Gosling pisa la luna... y Eva Mendes cría a sus hijas

La conciliación de la vida personal y laboral no debería ser una cuestión femenina sino de todos: padres, madres y adultos sin hijos

Ryan Gosling, el lunes en el festival de cine de San Sebastián.

Ryan Gosling, el lunes en el festival de cine de San Sebastián. / EFE / JAVIER ETXEZARRETA

Olga Pereda

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En el festival de San Sebastián ningún periodista preguntó al actor Ryan Gosling cómo concilia su vida familiar -tiene una hija de cuatro años y otra de dos- con un trabajo absorbente que en los últimos años le ha hecho erigirse en el actor más 'cool' de Hollywood ('Drive'), rozar el Oscar ('La La Land') y ponerse en la piel del primer hombre que pisó la Luna ('First man'). Esta última, precisamente, la presentó el lunes en Donosti. La película dirigida por Damien Chazelle daba juego para hablar más allá de lo estrictamente cinematográfico porque el protagonista, Armstrong, no es solo un astronauta sino un padre de familia y la relación con sus hijos se lleva buena parte del metraje. Pero no. Ningún reportero aprovechó el guion para averiguar cómo lleva la paternidad el introvertido Gosling. Perfecto. Ahora bien, si en lugar de Gosling la que hubiera presentado película fuera su mujer y madre de sus hijas, la actriz Eva Mendes, ¿cuántas preguntas hubieran caído sobre la conciliación? Apostaría que bastantes.

La señora Mendes, muy probablemente, hubiera respondido con total naturalidad que tiene la inmensa suerte (económica) de disponer de mucha ayuda, que ahora elige mejor los proyectos cinematográficos para pasar más tiempo en casa y que se complementa con su pareja para atender a las pequeñas. Nadie hubiera considerado fuera de lugar la pregunta. Pero planteárselo al señor Gosling hubiera quedado rarito. Porque la conciliación -mayoritariamente- sigue siendo femenina. Aquí y en Hollywood.

Vacunas, cumpleaños y liendreras

Hay hombres volcados en la paternidad. Hay hombres que piden reducción de jornada para cuidar de los suyos. Hay hombres que abandonan reuniones de trabajo porque sus hijos se han puesto enfermos. Hay hombres que se saben de memoria las vacunas de pediatría. Hay hombres que despiojan a sus hijos con la liendrera cada tarde. Hay hombres que van a las reuniones del colegio. Incluso, hay hombres que organizan los cumpleaños infantiles. Pero ¿cuántas mujeres hacen todo eso? Muchas, muchas, muchas más.

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El colectivo Malas Madres está organizando una “carrera de obstáculos por la conciliación”, que se celebrará el 7 de octubre en Madrid bajo el lema 'Yo no renuncio'. Trabajes donde trabajes (ya seas actriz, ingeniera, soldado o camarera) son muchos los obstáculos que te encuentras a la hora de combinar el trabajo con los hijos. Pero la conciliación no debería ser femenina. En esa carrera de obstáculos que preparan las Malas Madres debería haber tantas corredoras como corredores. Es más, no conseguiremos una conciliación real si no sumamos en la lucha a los adultos sin hijos. Todos queremos compaginar la vida personal (mal llamada familiar) con la laboral. Puede que no tengas hijos, pero sí tienes vida. Y para vivirla hacen falta horarios razonables.

La conciliación, para las madres

Sin embargo, cada vez que se habla de conciliación se habla de madres. Cuando un político aprueba (o sugiere) medidas de conciliación siempre menciona a las madres trabajadoras. Como si a los padres no les hiciera falta. Como si las personas sin hijos no tuvieran derecho a tener vida más allá de la laboral. La conciliación o es de todos o no será.

Desde que se convirtió en madre, Eva Mendes ('The Spirit', 'Holly motors') está volcada en la crianza de sus hijas. Olé por ella. Si algo te enseña la maternidad es a no criticar nunca a una madre, ni a las que trabajan 24 horas al día y apenas ven a sus hijos ni a las que se retiran una temporada (o toda una vida) para criar a los suyos.

Cuando recibió el Globo de oro por (la absolutamente maravillosa) 'La La Land', Gosling se ganó el corazón de toda la audiencia dando las gracias a su mujer por cuidar de sus hijas mientas él “bailaba”. Qué majo. ¿Alguien se imagina la escena al revés? Mendes sostiene un premio de cine y agradece a Gosling cuidar tanto y tan bien a sus dos hijas. Eso sí que hubiera sido emocionante. Ahora bien, ¿cuántos hubieran pensado que la estadounidense es una madre nefasta, una tipa egoísta que antepone su trabajo a sus hijas?