¿Cuánto perjudica el ruido a Sánchez?

El inicio de curso está siendo movido y tanto el PP como Cs han subido de tono aumentado sus críticas contra Pedro Sánchez y el Gobierno del PSOE. Tras la forzada dimisión de la ministra de Sanidad -y en un clima de gran desconfianza respecto al currículo académico de los políticos- Albert Rivera se lanzó a acusar a Sánchez de plagio en su tesis doctoral. Y ha sido seguido por el PP que forzará la comparecencia del presidente en el Senado.

Pérdida de imagen frente a pérdida de credibilidad

Es evidente que el ruido sobre la autoría de la tesis y luego sobre su calidad intelectual no benefician al líder socialista. El 'acoso y derribo' siempre castiga por aquello que podría resumirse en: acusa, que la sospecha siempre queda. Ahora bien, hacer de la tesis del presidente el gran debate de un país que afronta graves problemas (corrupción, consecuencias sociales de la crisis, desigualdad, pérdida de confianza en las instituciones, crisis constitucional con Catalunya, deuda pública que llega ya al 100% del PIB…) tampoco aumenta la credibilidad de la oposición. Puede enfangar al Gobierno, pero no es un asunto cuya relevancia o consecuencias sociales puedan afectar la vida ciudadana u ocasionar un sensible cambio de voto. En especial, si no va acompañado de propuestas que vayan mas allá de un negativismo elemental sobre cualquier iniciativa del Gobierno. Criticar la política de desinflamación en Catalunya, proponiendo aplicar otra vez el 155, es desconocer que la crisis es larga, empezó con la sentencia del Constitucional del 2010 sobre el Estatut del 2006 y que las posiciones cerradas y la falta de diálogo no han resuelto nada durante años.

Por otra parte, el bloqueo que la Mesa del Congreso, controlada por el PP y Cs, inició ayer para impedir la aprobación del techo de gasto del 2019 (al obstaculizar la desaparición del poder de veto del Senado) y por tanto la discusión de los Presupuestos, puede llevar a un callejón sin salida y a una crisis relevante entre el Gobierno -y la mayoría que votó la moción de censura- y los dos partidos de derecha, que puede obligar a convocar elecciones. ¿Es lo que interesa al PP y Css?

Quizá convocar, porque la derecha le impide aprobar los Presupuestos -y no por falta de mayoría coherente por ruptura con Podemos o con los nacionalistas- no sea la peor alternativa para Sánchez. La última encuesta, la de Dym para Prensa Ibérica y 'El Independiente', le sigue situando en cabeza con el 26,5% de los votos, una pérdida del 0,6% respecto de junio, seguido del PP, que baja un poco menos de lo que sube Cs. Y eso después de la 'semana negra' de Sánchez. El resultado sería otro Parlamento ingobernable -como el actual- pero en el que el PSOE sería el primer partido y la derecha estaría más fragmentada entre el PP y Cs.

El aumento del ruido castiga a Sánchez, pero tampoco parece ser rentable para los dos partidos de centroderecha que no saben proponer otra política que no conduzca a enconar los conflictos -el primero el de Catalunya- que acechan a España desde hace muchos años.