EL FUTURO DEL INDEPENDENTISMO

Segar o no segar (cadenas)

Puigdemont dice que algunos partidos están "flirteando" con la violencia

Puigdemont dice que algunos partidos están "flirteando" con la violencia / .44796998

Xavier Bru de Sala

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Al paso que vamos, los 'consellers' no podrán salir a la calle. Cada vez que se justifican por la autonomía en vez de república, chocan con la acusación que más les duele: son carceleros de los mártires del 'procés'.

Como no saben historia, callan avergonzados. Pues bien, los 'segadors' del himno de Catalunya entraron en Barcelona contra el criterio de la Generalitat, desde donde se había pedido al virrey que cerrara las puertas de la ciudad. Fueron los segadors quienes abrieron la cárcel y liberaron a los líderes catalanes que se oponían al 155 de la época. El virrey huyó por piernas pero le pillaron. Guerra de Separación, etc. No es lo mismo hacerse el valiente en la red que jugársela de verdad. No es lo mismo segar cadenas que cantar L’estaca ante Lledoners.

El éxito de la Crida depende exclusivamente de hasta qué punto sus líderes consigan endosar a ERC el sambenito de la traición al espíritu del 1-O y quedarse así libres de una culpa que comparten al 100%. La táctica consiste en sacudirse la negra tinta de calamar acumulada en las entrañas y arrojarla sobre los líderes de Esquerra, a ver si sus votantes pican. Mientras sacar pecho salga gratis y dé votos a Puigdemont, será imposible distinguir entre un independentista radical auténtico y uno moderado que se caracteriza de radical a fin de hacer propaganda electoral de la Crida. Por eso Waterloo apuesta por la movilización permanente, aunque de tuit y de salón.

La propuesta de acuerdo para el diálogo de Carles Campuzano evidenció que, sin disfraz, JxCat y ERC son en la práctica como dos gotas de agua, tan poco amante una como la otra, en la situación presente, de las turbulencias. Elsa Artadi y Míriam Nogueras, los rostros visibles de Puigdemont a las instituciones españolas -y la Generalitat es una de ellas- sí que picaron, y de la manera más inocente. En política, los dos requisitos imprescindibles son el GPS, para saber dónde estás, y la capacidad de prever la segunda derivada de las propias actuaciones, sean públicas o discretas. Para actuar en una comedia, en cambio, sólo hay que ir disfrazado y recitar el papel adjudicado por el director de escena.

Es probable que el enfrentamiento entre JxCat y ERC en el Parlament no se hubiera producido sin la cantada de Artadi y Nogueras. Al lado del oprobio de ser carcelero de los propios presos, la cuestión es mucho menor. El problema es que Puigdemont también desautoriza a Quim Torra, que había anunciado un acuerdo en este sentido. Pero la Crida necesita tensión, aunque sea artificiosa, y no hay nada menos inocuo para diferenciarse de ERC. Las funciones de teatro no son eternas. El paso tiempo juega en contra de los descendientes políticos de CDC.

No preveo que tengan el arrojo de cumplir las amenazas de precipitar la legislatura por el barranco, pero imaginemos que la cosa acaba en elecciones catalanas antes de las municipales y que la Crida consigue amagar el bulto de la sumisión y mantiene la hegemonía. ¿Como quedaría Puigdemont si a continuación no anima a la insurgencia para hacer efectiva la república? ¿Como quedaría si luego pincha?