ANÁLISIS

El factor Arturo Vidal

Ernesto Valverde, en Anoeta.

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Albert Guasch

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Ernesto Valverde le salió una especie de hastío guasón al ser cuestionado por Arturo Vidal, el fichaje que parece quitarle aroma a la receta tradicional azulgrana. "Hemos ganado y aquí estamos, preguntándonos por un cambio". Como que ya nos conocemos, vino a decir; siempre buscando un punto de discordia para rascar. Pero sabe de sobras que el Barça es un gran y universal debate, y de la misma manera que hoy se engrandecen las manos de Ter Stegen ("para mí el mejor portero del mundo", Jordi Alba 'dixit'), las prestaciones del chileno de aspecto de malote están bajo sospecha desde el minuto en que repentinamente se anunció su fichaje.

Se están repitiendo algunas pautas esta temporada. Valverde pone de salida un medio del campo que tartamudea. No hay discurso. Y hasta que no se recolocan las piezas, y eso suele incluir la entrada de Coutinho, el equipo no recupera cierta elocuencia. Y con el resultado de cara, aparece en escena VidalCoutinho para atacar y remontar, Vidal para contener y conservar.

Pero mientras la primera parte del plan suele funcionar, no está tan claro que el perfil del centrocampista importado del Bayern de Múnich cumpla con el cometido encomendado. El técnico azulgrana quiere su músculo táctico para sujetar al contrario. Es una fórmula clásica ante victorias momentáneas mínimas. Quitar a delantero habilidoso (Dembélé está siendo el agraciado) para poner piernas fornidas en el medio. Pero las oleadas de la Real no dejaron de sucederse.

Con lo cual cabe preguntarse si no convendría replantearse el manual. Se puede optar por la vía cruyffista-guardiolista-leninista de introducir a otro centrocampista tocador para guardar el balón y que pasen los minutos. Un Arthur (ausente en Anoeta), por ejemplo. Valverde, con toda legitimidad, puede que no vea clara esta vía. Ahora bien, quizá sería oportuno que tuviera en cuenta el mensaje que envía al equipo al cambiar siempre a peleón por pelotero. Contagia una actitud asustadiza. A los que estamos en la grada, a algunos al menos, así nos lo parece.

Ya hemos dicho que el Barça es un gran y constante debate.