Opinión | LA CLAVE
ENRIC HERNÀNDEZ
Tras la calle, la política
Enardecer a la mitad de los catalanes que anhelan la independencia es una receta ya ensayada y fracasada: ni trajo la república en otoño, ni atrae a la otra mitad a la causa

DIADA 2018 / RICARD CUGAT
Por séptimo año consecutivo, el soberanismo ha monopolizado la Diada mediante otra manifestación multitudinaria. La indignación por los encarcelamientos forzados y los voluntarios destierros puede más que el desencanto con los partidos secesionistas por sus promesas rotas. No hay, ni en España ni en Europa, un movimiento tan amplio y cohesionado como el independentismo; tomen nota en los despachos de Madrid. Y, aún así, no es mayoritario en la sociedad catalana, aunque así lo pretendan en las dependencias de la Generalitat.
Desde el 2012, las fuerzas independentistas se han servido de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium como potentes herramientas de movilización ciudadana, orientada a apuntalar su demanda de un referéndum pactado con el Estado, a desplegar las urnas del 9-N y a defenderlas frente a las porras el 1-O. El poder de convocatoria no cesa; su eficacia política real no aflora.
El público rapapolvo de Elisenda Paluzie (ANC) al Govern, al que exigió que no deje la república solo en manos de la calle y asuma su responsabilidad, refleja el creciente distanciamiento entre el soberanismo civil, impaciente, y el institucional, para muchos diletante. El mismo cóctel explosivo del pasado otoño, cuando Carles Puigdemont cedió a la presiones y renunció a adelantar las elecciones para pasar a la historia como mártir y no como traidor.
La receta de enardecer a la mitad de la población ya se ha ensayado, con contumacia pero sin éxito: ni bastó para traer la república el pasado año, ni atrae a la causa a la otra mitad de los catalanes. Fiarlo todo, de nuevo, a la propaganda y a la agitación, con las posibles condenas por el 1-O como detonante, solo garantizaría nuevas frustraciones y una confrontación social al alza.
TRANSACCIÓN, NO IMPOSICIÓN
La función de los políticos no es calentar la calle, sino hacer política. Entender el diálogo no como imposición, sino como transacción. Y asumir que nada fructífero podrá construirse en Catalunya ni en España sin contar con la mitad de los catalanes que anhelan la independencia, pero tampoco de espaldas a la otra media que no la desea.
- La revuelta' gana el pulso (con récord) a 'El hormiguero' con Rosalía
- Silvia Abril, Mario Vaquerizo o Arturo Valls: los famosos que han dicho sí al nuevo programa de aventuras de Atresmedia
- Catalunya diseña su red ferroviaria del futuro: tres nuevas estaciones AVE, empresa pública de trenes y dos grandes ejes que reordenan el mapa
- Así están las encuestas de las elecciones en la Comunidad Valenciana
- La banca dará a Talgo 1.270 millones en financiación a cambio de que la mitad los garantice el Estado
- Rosalía visita 'La revuelta' por primera vez: su celibato voluntario, el dinero en el banco y un pulso con Broncano
- Rauw Alejandro responde a Rosalía: 'Esa película pasó hace rato
- Un muerto y un herido grave en un accidente con tres camiones implicados que corta la AP-7 an L'Aldea (Tarragona)