Una necesidad básica

Hambre y seguridad alimentaria

Una alimentación suficiente y de calidad es necesaria para mantener una vida digna y saludable

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Carme Borrell

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El 'Informe Global sobre Crisis Alimentarias 2018' de las Naciones Unidas nos muestra cómo en el 2017 alrededor de 124 millones de personas de 51 países -cifra que aumenta el 11% respecto del año anterior- presentan altos niveles de desnutrición, es decir no pueden consumir la cantidad y la calidad de alimentos adecuados y por tanto no pueden tener una vida digna y saludable. Las peores crisis alimentarias del 2017 tuvieron lugar en el nordeste de Nigeria, Somalia, Yemen y Sudán del Sur, donde cerca de 32 millones de personas sufren crisis alimentaria grave y necesitan una asistencia urgente. Los principales factores que provocan estas crisis son los conflictos armados, las consecuencias del cambio climático y los desplazamientos que conllevan, que junto con los brotes de enfermedades infecciosas y el acceso limitado a los servicios básicos de salud, agua potable y saneamiento, han provocado una situación de desnutrición desoladora en muchos países.

Proyecto 'Hambre cero'

El segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible para el 2030 de la ONU es el de "Hambre cero", y la organización señala que hay que poner en marcha acciones como promover prácticas agrícolas sostenibles a través del apoyo a los pequeños agricultores y el acceso igualitario a la tierra, la tecnología y los mercados y el fomento de la cooperación internacional para asegurar la inversión en las infraestructuras y la tecnología necesarias para mejorar la productividad agrícola. Pero también hay que ir a la raíz de los otros factores que causan el hambre y la desnutrición.

Aunque en los países de renta alta la situación es diferente, la Encuesta de Salud de Barcelona nos indica todavía hoy que en la ciudad tenemos personas no suficientemente bien alimentadas, o que no se les asegura todas las comidas básicas diarias (8,6% de los hogares). Es un problema al que se destinan muchos recursos, pero que nos obliga a persistir en la vigilancia.

La seguridad alimentaria en nuestro medio

Por otra parte, nuestra sociedad tiene una elevada preocupación por las garantías y la seguridad de los alimentos, así como por una justa distribución de las responsabilidades compartidas en materia de seguridad alimentaria. En nuestro contexto, hablamos de seguridad alimentaria cuando un alimento no supone un riesgo para la salud de la persona que lo consume, o sea no presenta ningún peligro que pueda provocar enfermedad. Los principales responsables de esta seguridad son los productores y comercializadores de los alimentos, aunque, las administraciones deben velar por ella, y como no, la ciudadanía. La salud pública cuenta con un área de especialización muy importante como es la protección de la salud, basada en evaluar y gestionar el riesgo de manera integral.

La desnutrición afecta a una parte importante de la población en el mundo y en los países que no la sufren preocupa la seguridad de los alimentos

Pero desde la Agència de Salut Pública de Barcelona, por nombrar una institución, nos gusta repetir que no se puede poner una persona inspectora detrás de cada comercio o junto a cada restaurante, ya que sería un modelo insostenible y poco eficiente. Por este motivo son muy importantes la divulgación, la información y la sensibilización para fomentar el autocontrol y las buenas prácticas y también los programas preventivos para favorecer la seguridad de los alimentos que consumimos. Además, la seguridad de los alimentos ha tomado un nuevo cariz, y ha trascendido la simple inocuidad de los productos que consumimos. No es suficiente con limitar y comunicar los riesgos, intensificar la higiene y abordar peligros. También estamos incorporando nuevos requerimientos vinculados a la sostenibilidad, los efectos económicos y sociales de algunos modelos de producción, los criterios nutricionales y de calidad, etcétera.

A menudo llegan nuevos productos, nuevas maneras de ponerlos a disposición de la persona consumidora, y se debe dar respuesta. Por ello conviene recordar que hay unos controles estrictos sobre la salubridad a todos los niveles, por ejemplo del agua de boca, pero al mismo tiempo existen programas integrales para monitorizar los contaminantes en los alimentos, y podemos detectar incidencias o disfunciones que resultarán en recomendaciones o activarán medidas con respecto a una mercancía concreta o un productor que no trabaja suficientemente bien.

Algunas recomendaciones

Como nos recuerda la Agència de Seguritat Alimentària de Catalunya, para poder garantizar alimentos seguros, es necesario que exista una buena higiene al manipularlos, separando adecuadamente comidas cocidas y crudas, cociendo de manera suficiente por encima de 75 grados las carnes y los huevos cocinados, y enfriando rápidamente todo aquel plato que queramos conservar para más adelante. Es el tantas veces repetido: "limpiar, separar, cocer y enfriar", cuatro normas para garantizar la seguridad de los alimentos que se preparan.

Por último, cabe destacar que el hambre y la desnutrición afectan a una parte importante de la población de algunos países del mundo, mientras que la seguridad de los alimentos preocupa sobre todo en los países que no la padecen. Dos realidades que afectan a la salud de la población y deben ser abordadas desde diferentes perspectivas.

La autora de este artículo forma parte de la Red de Científicas Comunicadoras