Complejo futuro de Catalunya en Comú

Domènech, una dimisión relevante

El adiós manifiesta el fracaso del proyecto de los comunes, a quienes solo les queda como figura destacada Colau, responsable en gran parte del naufragio

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Joaquim Coll

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Cuando Xavier Domènech se hizo cargo del comisionado de historia del Ayuntamiento de Barcelona, la primera decisión que tomó fue echar a Quim Torra como director del Born Centre Cultural. El martes de la semana pasada oscureció la ya de por si fúnebre conferencia del 'president' con el anuncio en paralelo de su dimisión de todos los cargos públicos. Fue un sorpresa mayúscula que si no tuvo más eco fue por la discreción de hacerlo público solo a través de Facebook sin conceder declaraciones ni ofrecer otras explicaciones, refugiándose en el argumento del cansancio personal tras tres años de intensa dedicación a la política. Sin embargo, el adiós de Domènech es la noticia más relevante desde que empezó el curso, puesto que ennegrece el futuro de los comunes y anticipa seguramente la derrota de Ada Colau en las municipales de mayo próximo, aunque todavía no sepamos a manos de quién.

Tiene razón el ministro Josep Borrell cuando en Twitter enseguida escribió que echará de menos "el firme mensaje" de Domènech  a favor de "la fraternidad entre todos los españoles". En efecto, por tradición política e intelectual, gracias a sus estudios como historiador del republicanismo obrero y del sindicalismo, nunca flirteó con discursos hispanófobos sobre el pretendido carácter irreformable de España. Su dimisión manifiesta el fracaso del proyecto de los comunes que, tras ganar las elecciones generales en Catalunya en el 2015 y el 2016, tenía que dar lugar a la creación del "nuevo PSUC del siglo XXI", afirmaba Domènech.

Incapaz de superar su enorme heterogeneidad ideológica, las tensiones entre federalistas, independentistas y equidistantes, así como las cainitas luchas por el poder, Catalunya en Comú se ha convertido en un artefacto autodestructivo incapaz de ofrecer una línea clara. Tras la marcha de Domènech, queda solo Colau como figura pública destacada de ese espacio, siendo ella en gran parte la responsable de ese naufragio por su tramposa equidistancia (por ejemplo, ahora descubre que las manifestaciones de la Diada son independentistas) y el gran fiasco de su gestión municipal.