Al contrataque

Puigdemont, pide un deseo

La memoria nos defiende de la porquería que llega desde Waterloo, porque todos sabemos lo que pasó hace un año en el Parlament

puigdemont

puigdemont / LAURA POUS

Juan Soto Ivars

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Hay detalles en los que está encerrado el universo entero, que según parece cabe en un grano de pimienta. En el aniversario del 7 de septiembre vi algo excepcional. Os miré a todos y descubrí extrañado que ninguno lo comentaba. Yo era el único excursionista que había visto a tiempo esa estrella fugaz. Pero, a diferencia de esos meteoritos efímeros que se disuelven en la atmósfera como un cubito de caldo en una olla, esto que voy a narraros lo tenéis disponible todavía en la cuenta de Twitter del 'expresident'.

Tuit lacrimógeno

Empar Moliner tuiteó en el aniversario del golpe posmoderno (© Daniel Gascón) esto, entre otras cosas: "No dejaré de recordar hoy que diversos diputados, durante aquel pleno de hace un año, decían refiriéndose a Carme Forcadell: 'Dale, dale, que está floja' y 'dale, dale, que esta llora'. No lo entenderé jamás". El lacrimógeno tuit no tendría mayor relevancia si no fuera porque Carles Puigdemont lo citaba, comentando: "Fui testigo de un acoso indecente contra la presidenta Forcadell. Ella aguantó con una dignidad que jamás podrán tener sus inefables carceleros. Hacer del Parlament un gran alboroto era su último recurso para frenar las urnas. No lo consiguieron". ¿Habéis visto ahora la estrella fugaz?

El máximo responsable de la violación de la Cámara que nos representa había convertido su atropello en una suerte de ataque individual apoyándose en una anécdota intrascendente. ¿Habéis pedido un deseo? Puigdemont sí: que nos olvidemos de lo que hicieron aquel día en el que Catalunya dejó de caminar hacia el abismo y se precipitó por él. Aparte de este comentario, Puigdemont solo escribió otro tuit el pasado día 7 para defender TV-3 y retuiteó la visita a la cárcel de unos diputados europeos y un enlace de Suso del Toro con un artículo sobre el golpe de Estado de 1981. La mención al golpe de Tejero solo puede leerse como un acto de cinismo extraordinario, pero sigamos paladeando la hermosura de esa estrella fugaz.

Según su 'timeline', el independentismo no despreció a los diputados constitucionalistas y a la institución, sino que además fue maltratado por estos. Que el entorno de Puigdemont hubiera ordenado a Forcadell que burlase el código del Parlament para tramitar las leyes de desconexión de forma exprés y fraudulenta contra la opinión de los juristas de la Cámara, del Estatut, de la Constitución y (dicen las malas lenguas) también de la opinión de la propia Forcadell, se convertía en una paliza contra la presidenta.

Ya sabéis que las estrellas fugaces no son estrellas, sino pedruscos y basura ardiendo al chocar contra el escudo de la atmósfera. Pues bien: de la misma forma que la atmósfera nos protege de la porquería que se precipita hacia nosotros desde el espacio, la memoria nos defiende de la porquería que lanza Puigdemont desde Waterloo. Todos sabemos lo que pasó.