Inicio de curso con asignaturas pendientes

Los cerca de 1.600.000 alumnos catalanes que volverán este miércoles a las aulas tendrán un comienzo de curso notablemente más tranquilo y estable que el del año pasado, cuando acababan de ser golpeados por los atentados del 17-A y en pleno inicio del conflicto político que abocó en el 1-O y se tensionó tras él. Regresarán, además, con una situación económica muy distinta a los años de crisis que trajeron duros recortes presupuestarios, con efectos especialmente dolorosos en educación.

Sin embargo, a pesar de la voluntad expresada por el 'conseller' de Ensenyament y del final de la aplicación del artículo 155, los estudiantes se encontrarán un panorama parecido al que dejaron el curso pasado y no pocas asignaturas pendientes en la cartera. La realidad es que la prórroga de los presupuestos, algunos retrasos administrativos y cuestiones legales lastran el camino de esta otra recuperación. Entre los asuntos que esperan destaca el de poner fin a la segregación escolar, tanto por cuestiones de sexo como de nivel socioeconómico, un reto olvidado hasta el pasado julio. También habrá que esperar para reducir la ratio de alumnos por aula -para lo que resulta imprescindible aumentar el número de profesores-, hacer la escuela más inclusiva, aumentar la formación en innovación con tecnología, mejorar las becas de estudio y de comedor…

En definitiva, el curso empieza sin  excusas, con una situación económica y política que invita a encarar la urgencia de revertir los recortes forzados por la crisis.