Conflictos en los aeropuertos

Volar en verano: misión imposible

Estoy enfadada con vosotros, personas que no lucháis, que os coméis todo lo que os dicen, que no reclamáis y que pagáis sin rechistar

Ilustración Leonard Beard

Ilustración Leonard Beard / LEONARD BEARD

Imma Sust

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Tengo miedo a volar. Sé que no soy la única y es por eso que no dejo de hacerlo, aunque tomo mil precauciones antes de coger un avión para que todo salga bien. No viajo con compañías de bajo coste, pago un asiento extra en zona preferente, uso un intermediario para que me solucione todos los problemas que puedan suceder y pago un seguro de cancelación por si las moscas. Sí, soy de esas que prefiere pagar pero viajar tranquila. Todo bien, hasta que un día aparece un problema real. Tengo que cancelar mi vuelo. A mi compañero le ha salido un trabajo ese mismo mes y no podemos viajar a Asia por Navidad. "¡No pasa nada!", le digo inocente de mí. Nuestros intermediarios nos lo solucionarán. ¿Recuerdas que pagamos un seguro de cancelación? Pues cancelamos el vuelo y punto. Bueno amigos, eso fue y está siendo una misión imposible desde hace muchos meses.

Por lo visto, tú como consumidor puedes devolver a la tienda prácticamente todo lo que compras si no te sirve o no te gusta. En Ikea o Amazon ni te preguntan el porqué. Te lo cambian y punto. En cambio, si compras un billete de avión, no lo puedes devolver. No lo has tocado, no lo has usado, lo utilizará otra persona y la compañía aérea lo revenderá dos o tres veces más caro si hace falta. Es absolutamente injusto y un abuso descomunal, pero nos lo comemos con patatas.

Indignante y desesperante

El plan de funcionamiento es el siguiente. La empresa de intermediarios que me vendió los billetes y la compañía de seguros van ganando tiempo para quedarse con mi dinero, jugando al despiste y esperando que yo me desgaste. La aseguradora me pide documentos que la empresa de intermediarios tarda mil años en mandar, como la factura de los billetes de avión. Es un maldito PDF que se hace en tres minutos, pero es misión imposible conseguirlo. No contestan al correo electrónico, su centro de ayuda de la web es un chiste y cada llamada cuesta un ojo de la cara. Es indignante y desesperante. Esperan que te rindas, que abandones, que pases de todo y te conformes pensando que a todo le mundo le pasa.

¿Quién no ha tenido algún problema con una compañía aérea? ¿A quién no le han perdido las maletas o le han dejado encerrado en un avión tres horas sin aire acondicionado sin saber por qué? Podríamos contar tantas anécdotas… Por ejemplo, de Vueling, compañía con mala fama por sus clásicos retrasos. ¿Por qué la gente sigue volando con ellos? Pues porque te reembolsan rápido la indemnización si el avión sale con dos o tres horas de retraso, y lo puedes solicitar desde la misma aplicación. En principio, fácil.

No podemos ir a ningún sitio. Solo llamar y mandar 'e-mails' que serán respondidos, con suerte, a las tres semanas

No podemos decir lo mismo de Ryanair. Me han llegado a contar historias terroríficas. No dejar volar a la mujer de un chico catalán de Barcelona a Sevilla porque no tenía el pasaporte. Era colombiana y llevaba el NIE. Una enorme estupidez. Tuvo que comprar en ese mismo momento otro billete con Vueling, que sí aceptó su NIE. Y así, mil millones de normas estúpidas que nos comemos cuando cogemos un avión.

Luego nos agotan psicológicamente si nos quejamos. No podemos ir a ningún sitio. Solo llamar y mandar 'e-mails' que serán respondidos, con suerte, a las tres semanas. Siempre la misma plantilla de… "Estamos estudiando su caso". Y si te das cuenta del retraso cuando ya estás en el aeropuerto, reza por no haber pasado el control de seguridad, porque una vez dentro ya no hay salida. Es una trampa mortal. Los mostradores de información están fuera y, a menos que la líes muy gorda, es imposible llegar hasta ellos. A una amiga, le aconsejaron que se uniera con unos cuantos y que se amotinaran en la entrada. No es broma.

¿Y cuando no te dejan subir al avión porque hay 'overbooking'? Y tú piensas: "¿Por qué hay 'overbooking'? ¿Cómo puede pasar eso?" Pues porque venden el 10% más de asientos de los que tiene el avión, pensando que hay gente que cancelará en el último momento, y como no les devolverán el dinero… ¡Tachán! Negocio asegurado. Es una estafa a nivel global. Luego, si pagas a unos intermediarios para no comerte ningún marrón, estos ¿qué hacen? Nada. Se lavan las manos. Pasan de todo, porque no quieren que canceles. Quieren que cambies las fechas para poder ganar más dinero con la gestión. Pues no. No me da la gana y no me parece bien. Quiero mi dinero. Y aquí, señores y señoras, es cuando empieza el 'show'. Cuando luchas por lo justo. Cuando exiges que la gente haga bien su trabajo. Cuando no agachas la cabeza. Cuando preguntas ¿por qué?

En serio. Estoy muy enfadada. Y no solo con la maldita empresa de intermediarios. Estoy enfadada con vosotros, personas que no lucháis, que os coméis todo lo que os dicen. Que no reclamáis y que pagáis sin rechistar. Por vuestra culpa, yo estoy como estoy. Por vuestra culpa, acabaremos encerrados en casa, viajando con el Google Earth y yendo en coche a Tailandia si hace falta, antes de coger otro maldito avión.