Opinión | editorial
Asumiendo la complejidad
La reunión de la Junta de Seguridad y la carta del Govern de Puigdemont son pasos para rebajar la tensión social
El nuevo clima que intenta crear en Catalunya el Gobierno de Pedro Sánchez dio este jueves uno de sus primeros frutos tangibles: los Mossos d'Esquadra se integrarán los Mossos d'Esquadraen el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). Una petición largamente reivindicada por la Generalitat y que se hizo especialmente acuciante tras los atentados de agosto del 2017, donde se evidenciaron, más allá de las polémicas en público y las declaraciones partidistas, algunas lagunas en el intercambio de información entre los cuerpos policiales y en su procesamiento por los servicios de inteligencia. Este fue el fruto más visible de la Junta de Seguridad que presidió Quim Torra. Pero posiblemente no fue el más importante. Desde el Govern se asumió con naturalidad que la seguridad es una competencia del Estado, al mismo tiempo que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, expresó con contundencia que la ejecución en Catalunya de las políticas de seguridad corresponde a los Mossos.
La aceptación de la complejidad de la estructura territorial en España por las dos administraciones permitió que al final de la reunión se reforzara, con la rueda de prensa conjunta del ministro y del 'conseller', la lealtad entre cuerpos en una materia tan sensible como es la seguridad de los ciudadanos. Todo ello permitió encontrar una salida razonable a la polémica sobre los lazos amarillos en la vía pública. Ministro y 'conseller' interpretaron el fenómeno de manera diferente, pero llegaron a similar conclusión: la neutralidad no se debe forjar a base de provocaciones, sino de respeto por todas las partes. Si esas partes atienden estos argumentos, el tema puede pasar a la categoría de serpiente de verano.
La reunión de la Junta posiblemente ha sido un buen bálsamo para rebajar la tensión social en los días previos a la celebracion de la Diada. La llamada a la movilización social de Torra en su discurso del martes quedó matizada por la carta que los miembros que fueron destituidos del Govern de Carles Puigdemont hicieron pública. Una maniobra para dar imagen de una unidad en el movimiento independentista que ya es un clamor que no existe, pero que intenta alentar a la participación en la manifestación de la Diagonal. Sin embargo, contiene un elemento destacable: quienes padecen las consecuencias del atajo de la unilateralidad, reconocen ahora que la independencia es un proceso "largo y complejo". Que no se recorre a base de soflamas y manifestaciones en ningún caso. Asumir la complejidad es un paso importante.
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